¿Qué tan sensibles son los gatos a los cambios en su entorno?
Cambios mínimos en la casa o en su rutina pueden afectar profundamente a los felinos. Entender su lenguaje silencioso es clave para proteger su bienestar.
Los gatos han perfeccionado el arte de ocultar el estrés. Esta conducta, heredada de su ancestro directo (el gato salvaje africano), era un mecanismo de supervivencia: un felino que mostraba dolor o vulnerabilidad se convertía en presa fácil. Hoy, aunque vivan en hogares protegidos, ese instinto persiste.
“Nosotros podemos manifestarlo, hablarlo, pero ellos no y muchas veces lo hacen cambiando su rutina, acicalándose en exceso, se deprimen y en ocasiones cambios sutiles que para nosotros podrían no indicar nada, para ellos pueden ser un cambio de rutina que no es negociable”, explicó la veterinaria experta en gatos, Ivana de Aguiar.
Entre esos cambios que desencadenan estrés están mover un sillón, recibir una visita inesperada o atravesar una mudanza.
Los felinos dependen de la rutina. Necesitan saber qué esperar y no gestionan bien las sorpresas. Incluso algo tan simple como un viaje al veterinario puede convertirse en una situación altamente estresante.
De Aguiar recomienda que la transportadora esté siempre visible y forme parte del entorno habitual del gato. “Comúnmente guardamos la transportadora y cuando tenemos que llevarlo al veterinario la sacamos y el gato dice 'transportadora no y huye'… Tengamos siempre la burbujita o la transportadora a disposición, que sea su zona segura”, señaló. Añadió que cubrirla, mantener una temperatura agradable, reproducir música relajante y buscar clínicas especializadas puede marcar una gran diferencia.
Las mudanzas requieren aún más preparación. “Es importante que el gato tenga predictibilidad… En el caso de una mudanza, yo siempre les recomiendo que tengan un cuarto ya adaptado con todas sus cosas y… no lavar nada. Todos los gatos se van con su olor, porque el gato se comunica por medio de olores y feromonas”, explicó.
Comprender cómo perciben el mundo y reconocer sus señales discretas permite crear un entorno más estable y seguro. Darles un espacio predecible y respetar sus ritmos no solo reduce su estrés, también favorece su bienestar general.


