Expertos advierten repunte preocupante de enfermedades silenciosas en gatos en Costa Rica
Los padecimientos infecciosos, parasitarios y renales son las más frecuentes en el país y suelen pasar desapercibidos hasta etapas avanzadas.
Los gatos, animales célebres por su independencia y su aura enigmática, suelen proyectar una aparente autosuficiencia que a menudo oculta problemas de salud difíciles de detectar. Bajo esa fachada de equilibrio y elegancia, los felinos pueden desarrollar afecciones silenciosas que, si no se identifican a tiempo, comprometen de forma seria su bienestar.
“Las más comunes en Costa Rica principalmente son las infecciosas, lastimosamente, vemos mucha leucemia, vemos mucho la inmunodeficiencia felina, enfermedades parasitarias, parásitos externos como las pulgas, es muy común y lastimosamente se ha normalizado en el gato, parásitos internos y luego tenemos las degenerativas, enfermedad renal crónica, tenemos problemas urinarios también que se asocian mucho al estrés, a la dieta, enfermedades de la piel y digestivas, esas son las más comunes”, explica Ivana de Aguiar, veterinaria experta en gatos.
Las enfermedades renales figuran entre las más delicadas y, a la vez, entre las más difíciles de identificar en fases tempranas.
“Es una de las principales causas de mortalidad en el gatito mayor y es una enfermedad muy silenciosa, entonces es importante que detectemos signos tempranos, por ejemplo lo primero que hace el gato es cambiar su rutina, así que si vemos que toma más agüita, que orina más, es uno de los signos claves para darnos cuenta que sus riñones podrían estar mal”, señaló la especialista.
El tratamiento para estas patologías depende de su naturaleza y de la etapa en que se detecten. En los casos renales, suelen recetarse dietas especiales bajas en fósforo y proteínas, hidratación permanente y medicación orientada a controlar la función de los riñones y mitigar los síntomas.
“Para las causas infecciosas van a depender muchísimo, hay unas que sí tienen tratamientos, otras no, por ejemplo, la leucemia, pero sí hay tratamientos de soporte que nos pueden ayudar a darle calidad de vida a los gatos. En caso de parasitarias sí hay tratamientos y en el caso de las enfermedades renales contamos con especialistas que nos ayudan a alargar y llevar de mejor manera estas condiciones”, añadió De Aguiar.
Los signos de alerta, subraya la veterinaria, suelen manifestarse como cambios en la rutina del animal: beber más agua que de costumbre, orinar con mayor frecuencia o evitar la caja de arena. También pueden aparecer pérdida del apetito, apatía o un pelaje opaco.
Cuidar de un gato implica mucho más que brindarle alimento y compañía. Supone observar sus comportamientos, realizar controles veterinarios periódicos y garantizar un entorno estable que favorezca su salud física y emocional.


