Bulldogs franceses: todo lo que debes saber antes de tener uno en casa
Si estás pensando en tener un bulldog francés, aquí te contamos todo lo que debes saber para cuidarlo y mantenerlo feliz.
Los bulldogs franceses se han ganado un lugar especial en muchos hogares gracias a su tamaño compacto, su carácter afectuoso y su apariencia adorable. Sin embargo, antes de decidir adoptar uno, es fundamental conocer sus particularidades, especialmente sus necesidades de salud.
Los bulldogs franceses son parte de las razas braquicefálicas, es decir, poseen un cráneo más corto y un hocico achatado. Esto les da ese aspecto tan característico, pero también los hace propensos a problemas respiratorios, sobre todo en climas cálidos o húmedos, al hacer ejercicio intenso o si se encuentran estresados.
Al ser braquiocefálicos, los bulldogs franceses pueden presentar ronquidos fuertes, dificultad para respirar, intolerancia al calor y problemas en los bronquios. Por eso es clave mantenerlos en ambientes frescos, evitar esfuerzos excesivos y estar atentos a cualquier señal de alarma como tos persistente, jadeos excesivos o fatiga rápida.
Algunos bulldogs pueden nacer con malformaciones del corazón o desarrollar enfermedades como cardiomiopatías, que sí aumentan el riesgo de colapso o muerte súbita.
Los bulldogs franceses tienen orejas erectas y pliegues faciales pronunciados, lo que puede favorecer la acumulación de cera, humedad y suciedad en el canal auditivo. Esto los hace propensos a desarrollar otitis, que es la inflamación del oído.
Los bulldogs franceses tienen pliegues faciales pronunciados y piel sensible, lo que los hace propensos a irritaciones, infecciones y alergias. Sus pliegues pueden acumular humedad, suciedad y bacterias si no se limpian correctamente.
Los bulldogs franceses son propensos a ciertas condiciones musculoesqueléticas debido a su anatomía compacta y musculosa, así como a su genética.
Las más comunes son las hernias umbilicales (en el ombligo) y, en menor medida, las hernias inguinales.
Suelen presentarse desde cachorros y, en muchos casos, requieren cirugía si son grandes o causan molestias.
Signos de alerta: bultos visibles en el abdomen o inglés, dolor al tocar la zona o cambios en la movilidad.
Aunque menos frecuentes que en razas grandes, los bulldogs franceses pueden desarrollar displasia de cadera, que es una malformación de la articulación que provoca dolor y dificultad para caminar.
Evitar el uso de collares en está raza, lo recomendable es utilizar arnés.