¿Puede la escalada de amenazas nucleares de Corea del Norte y Estados Unidos obligar a buscar una solución diplomática?
El programa nuclear de Corea del Norte está en aumento y pronto es probable que pueda amenazar a Estados Unidos.
Corea del Norte asegura que estudia planes para atacar la isla de Guam, territorio de Estados Unidos en el Pacífico, mientras Donald Trump habla de "fuego y furia como nunca antes fueron vistos".
La crisis que rodea a los programas nucleares y de misiles de Corea del Norte alcanzó una fase nueva y más peligrosa con la información de que Pyongyang podría contar con ojivas nucleares para usar en un misil de largo alcance.
Todo eso parecía a años de distancia. Pero ya no.
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Durante décadas hubo esfuerzos para intentar persuadir o presionar a Pyongyang para que abandone su programa de armas.
Es imposible evaluar la capacidad nuclear exacta que tiene ahora Corea del Norte.
El país afirma tener misiles que pueden llegar a puntos continentales de Estados Unidos y dos pruebas recientes convencieron a los expertos occidentales de que esto puede ser posible.
El gobierno japonés, en su último informe sobre defensa, sugiere que Pyongyang ya tiene la capacidad de miniaturizar una ojiva nuclear para ser colocada en un misil de largo alcance.
Las autoridades estadounidenses también creen que Corea del Norte fabricó pequeñas ojivas nucleares adecuadas para un misil de largo alcance, pero no está claro, a pesar de las afirmaciones de Pyongyang, que hayan sido probadas.
Una capacidad nuclear de largo alcance de Corea del Norte no es ahora una cuestión de "si llegará", sino de "cuándo". Y que ese "cuándo" podría estar dentro de los próximos años.
Reflejo de oportunidad
Que esta cuestión de tiempo coincida con el mandato del presidente Trump en la Casa Blanca es un accidente de la historia.
Pero mientras que la crisis nuclear norcoreana agrega peligro, también, perversamente, puede ofrecer un reflejo de oportunidad para el avance.
La cacofonía de la burla de la política exterior y la inexperiencia que compone el Twitter del presidente de EE.UU. da muchos motivos de preocupación.
El líder norcoreano es visto en occidente como algo impredecible y una bala perdida. Bueno, ahora, en cierto punto, Estados Unidos tiene también su bala perdida.
Trump, parafraseando a un exsecretario de Defensa de Estados Unidos, es un "conocido desconocido".
Nadie sabe cómo podría reaccionar. Y eso hace que las cosas sean más peligrosas, pero también obliga a pensar, y no solo a China, sobre las serias consecuencias de sus decisiones.
Política exterior
Por supuesto, como en muchas áreas, realmente no sabemos cuál es la política de Estados Unidos.
En una diplomacia compleja, la claridad del mensaje es importante.
¿Quién representa la política exterior de Estados Unidos?
¿El secretario de Estado, Rex Tillerson, quien en las circunstancias adecuadas parece estar sosteniendo la posibilidad de conversaciones con Pyongyang? (Incluso el propio Trump imaginó tal posibilidad).
¿O es el Twitter de la Oficina Oval, que parece estar aumentando la presión sobre Pyongyang?
No hay duda de que se alcanzó una bifurcación en el camino.
El progreso de Corea del Norte significa que pronto podrá amenazar a Estados Unidos con un ataque nuclear.
¿Qué opciones hay?
Esto es un cambio de juego y de las opciones políticas que enfrentan la administración Trump, los chinos, los surcoreanos y Japón.
Y son difíciles y desagradables en diversos grados.
1. Enfrentar al régimen norcoreano por todos los medios posibles
Sanciones intensificadas, acumulación militar regional, voluntad de ir a la guerra si es necesario y, en última instancia y en otras palabras, buscar un cambio de régimen en Pyongyang.
Eso promete el Armagedón en la península coreana y no va a gustarle a China, el jugador diplomático clave en este drama.
2. La contención
Es una especie de hacia dónde vamos ahora.
Más y fuertes sanciones internacionales: la decisión del Consejo de Seguridad de la ONU del fin de semana pasado representa casi un embargo comercial contra Corea del Norte en un pequeño número de sectores cruciales para sus ganancias por ingresos en el extranjero.
Provisión de armas defensivas: como el sistema antimisiles de Thaad desplegado en Corea del Sur, aliado de Estados Unidos.
Pero la contención no es una solución en sí misma y corre el riesgo de convertirse en confrontación a medida que cada nueva crisis se desarrolla.
3.Por supuesto, también está la diplomacia.
Una combinación de factores como el progreso técnico de Corea del Norte, las incertidumbres provocadas por la llegada de la administración Trump y el hecho de que el mundo se encuentre ahora en una encrucijada sobre Corea del Norte sugiere que un momento diplomático puede ser posible.
Un precursor esencial fue el régimen severo de sanciones aprobado por el Consejo de Seguridad, respaldado por China y Rusia, junto con las llamadas explícitas de Pekín a Pyongyang para detener las pruebas nucleares y de misiles.
El ministro de Relaciones Exteriores de Corea del Norte se comunicó con otros países en las recientes reuniones de Manila, aunque su mensaje fue tan duro como siempre.
Ahora, a pesar de la creciente retórica, debe hacerse un balance.
¿A dónde irá esta crisis? ¿Se puede crear un espacio para algún tipo de apertura diplomática?
¿Cuáles son las nuevas sanciones?
- Está prohibida la importación de carbón, mariscos, hierro y mineral de hierro, plomo y minerales de Corea del Norte.
- Los países no pueden recibir nuevos trabajadores de Corea del Norte.
- No se permitirán nuevas empresas conjuntas con entidades o individuos de Corea del Norte.
- No habrá nuevas inversiones en empresas mixtas.
- Más individuos tendrán restricciones de viajes y bienes congelados.
- Los estados miembros informarán al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en un plazo de 90 días sobre cómo han aplicado la resolución
Esperando una señal
La diplomacia puede no haber funcionado en el pasado, pero sin duda se intentó.
¿Recuerdan el experimento de Kedo en la década de 1990?
Esta fue la llamada Organización de Desarrollo Energético de la Península Coreana que fue establecida después de un acuerdo en 1994.
Se pretendía proporcionar dos reactores nucleares a Corea del Norte de un tipo menos susceptible a la desviación de materiales nucleares para la fabricación de bombas.
A cambio, Corea del Norte debía cerrar gran parte de su industria nuclear.
Había un plan para mejorar las relaciones entre Washington y Pyongyang.
Las principales instalaciones de Corea del Norte se abrieron a la inspección del Organismo Internacional de Energía Atómica.
Pero Kedo colapsó en 2002 ante los temores de que Pyongyang tuviera un programa clandestino de enriquecimiento de uranio y los inspectores internacionales fueran expulsados.
Kedo, sin embargo, tenía un propósito claro: revertir y cerrar las instalaciones nucleares de Corea del Norte implicadas en su programa militar.
Pero eso fue hace más de 20 años. Retirar el programa de armas nucleares y misiles de Corea del Norte ya no es una opción realista.
¿Cuáles serían los objetivos de un nuevo acuerdo diplomático? ¿Está el país de Trump dispuesto a vivir en la sombra de un misil balístico intercontinental nuclear armado en Corea del Norte?
¿Y realmente la Corea del Norte de Kim quiere abrir o liberalizar de alguna manera su gobierno lo que podría poner en duda el futuro del régimen?
Ahora esperamos una señal de Pyongyang.