Por BBC News Mundo |3 de noviembre de 2017, 4:23 AM
Beth Ashley and Euleen Hope
BBC
Beth Ashley (izda.) y Euleen Hope (dcha.) experimentaron abuso tecnológico por parte de sus exparejas.

Euleen Hope era una tecnófoba: nunca se sintió muy cómoda con las nuevas tecnologías. Pero no esperaba que un novio abusivo —y con buenas habilidades técnicas— acabaría por aprovecharse de ello.

El maltrato tecnológico duró diez años. Comenzó poco a poco, pero fue ganando intensidad. Durante ese tiempo, su pareja le creó una cuenta de correo electrónico y, más adelante, sus redes sociales, otorgándose el acceso directo a ellas.

También reemplazó su antiguo celular por un iPhone. Y después configuró de manera que pudiera reflejar su actividad en un iPad y así monitorear todas sus llamadas y mensajes.

Por supuesto, tenía activado el localizador del celular: así podía saber dónde estaba. Pero a ella simplemente le dijo que esa función le facilitaría la tarea de tomar el autobús.

"No pensaba que estaba haciendo nada malo, me mostraba lo que hacía", le contó Hope a la BBC. "No me di cuenta de que eso era parte de la trampa".

Cuando se percató de algunas cosas —como de que el iPad sonaba cada vez que ella tenía una llamada telefónica— se lo preguntó a su entonces pareja (ahora ya no están juntos). Él le contestó que estaba probando una nueva aplicación.

Mirando una casa a través de un laptop
Getty Images
La expareja de Hope instaló cámaras en su casa para vigilarla. (Foto de archivo).

También instaló cámaras dentro de su casa, bajo el pretexto de que lo hacía por seguridad.

"Mi hermana gemela vino un día de visita. Normalmente, si mis amigos o familia venían él se sentaba en la sala con nosotros", recuerda Hope.

"Sin embargo, aquella vez dijo que nos dejaba a solas para ponernos al día y que estaría usando su computadora en la cocina, en la planta de arriba. Me coloqué detrás de la cámara y le dije a mi hermana que continuara hablando. Subí las escaleras y le vi escuchando lo que él creía que era mi conversación con ella".

Hope tardó tiempo en darse cuenta, pero su pareja no sólo la abusaba tecnológicamente, sino también física y emocionalmente. De hecho, llegó a cumplir una sentencia de prisión por ese motivo.


¿Qué es el abuso tecnológico?

  • Es el uso de la tecnología para espiar o acosar a otra persona y, en el caso de violencia doméstica, a la pareja.
  • También se conoce como "abuso digital".
  • Es una violación a la privacidad y en muchos casos se subestima.
  • A menudo sucede por medio del monitoreo constante de llamadas y mensajes.
  • También se usan aplicaciones y programas informáticos diseñados para espiar y rastrear, así como cuentas de email, banca digital y redes sociales.
  • Algunos componentes: intimidación, acecho, robo de identidad, abuso emocional, aislamiento, menosprecio y coerción.
  • Es una tendencia en crecimiento.

Cada vez más casos

Refuge, una ONG británica que ayuda a víctimas de la violencia de género, dice que el abuso tecnológico es una tendencia en alza. Muchas víctimas de violencia doméstica han denunciado estar siendo acosadas a través de mensajes y controladas por su actividad en el teléfono.

Sin embargo, muchos de los afectados no lo cuentan a la policía, le dijeron fuentes de la asociación a la BBC.

El organismo acaba de asociarse con Google para poner medidas y entrenar a parte de su equipo para poder ofrecer más ayuda a través de un nuevo proyecto: el Programa de Abuso Tecnológico y Empoderamiento.

El gigante tecnológico ha aportado US$1 millón para ayudar a las víctimas y frenar la actividad de los agresores.

"La violencia doméstica es el problema de mayor impacto en la policía (de Reino Unido)", dice la política y abogada británica Vera Baird. "Cada 30 segundos, hay una llamada sobre violencia doméstica. Hace dos años, ocurría cada minuto".

Una encuesta de la organización no lucrativa Comic Relief de 2016 encontró que cuatro de cinco mujeres en ese país sufrieron abuso por parte de parejas que monitoreaban su actividad.

Beth Ashley, una bloguera de 20 años, es otra de ellas. La joven asegura que un exnovio comenzó a usar la tecnología para acosarla cuando trató de terminar la relación porque él era controlador y sexualmente abusivo.

"Cuando empecé a salir con él, él ni siquiera tenía teléfono", explica Ashley. "Pensaba que era un gran tecnófobo... hasta que rompimos. De repente, comenzó a usar todas esas cuentas en redes sociales para acosarme".

Dice que él le envió una nota de suicidio a través de Facebook Messenger, junto a imágenes gráficas de autolesiones. Más tarde ella supo que las había encontrado por internet.

"Fui a verlo al día siguiente y estaba allí sentado, con su consola Xbox", dice Ashley.

La joven cuenta que a menudo se aparecía en su lugar de trabajo. Cuando terminaba el turno, tenía 50 mensajes en el teléfono que él le había dejado.

Ashley era muy activa en las redes sociales debido a su trabajo como bloguera y escritora en medios digitales. "A veces quería borrar el blog, las revistas. Tenía esos momentos de querer ser invisible. Pero teniendo en cuenta mi trabajo, eso habría sido horrible".

Al final, tuvo que bloquear a viejos amigos en redes sociales por si alguno le daba información a él de manera accidental sobre sus actividades.

Cuando lo denunció a la policía, el acoso online se acabó, explica."Pero la paranoia duró por algún tiempo más".

Sandra Horley, directora ejecutiva de Refuge, dice que la asociación llegó a ver el caso de un hombre que había hackeado las cámaras de vigilancia del bar donde su mujer trabajaba para poder vigilarla. Y otro puso un localizador en el auto de su pareja, y después le acusó de haberlo perdido.

"El abuso tecnológico es parte de un patrón más amplio de violencia doméstica", comenta.

"Este proyecto nació de las experiencias de nuestros clientes relacionadas con el abuso tecnológico, y seguirá adelante para garantizar que sus necesidades y experiencias forman parte de nuestro trabajo en los próximos años".


¿Cómo prevenir el abuso tecnológico?

  • Infórmate sobre las opciones de privacidad para proteger tu identidad.
  • No cedas a presión emocional para compartir tus contraseñas de cuentas de correo, redes sociales y otros accesos digitales.
  • Presta atención a las señales preocupantes, como el monitoreo constante.
  • Cuéntale a una persona de confianza que estás siendo abusado.
  • Si sientes que tu vida corre peligro o fuiste amenazado, haz una denuncia policial.