27 de mayo de 2017, 11:32 AM
Ilustración de una paciente y una enfermera

Las ventanas de La Clínica de Abortos Boulder, en Colorado, Estados Unidos, están blindadas. El personal entra y sale por una puerta de seguridad vigilada y el dueño de la clínica, el doctor Hern, a sus casi 80 años va a trabajar esperando ser asesinado cualquier día.

Cuando su predecesor, el doctor Tiller, fue tiroteado en 2009, Hern se convirtió en uno de los escasos médicos en Estados Unidos que continúa practicando abortos tardíos, es decir, interrupciones del embarazo que tienen lugar entre las 22 semanas (unos cinco meses de gestación) y el tercer trimestre.

Este tipo de abortos son muy raros, de acuerdo al Instituto Guttmacher, un centro de investigación sobre salud sexual y reproductiva, solo in 1% de los abortos se realiza a partir de las 21 semanas.

En Estados Unidos los abortos tardíos son, en general, ilegales, y enfrentan una gran oposición por parte de activistas contra el aborto.

Sobre este tema el Comité Nacional por el Derecho a la vida dice:

"Nos oponemos al aborto en cualquier momento del embarazo, incluido en el último término. Una nueva vida humana empieza en el momento en que un óvulo es fecundado por el esperma. Esa vida humana es preciosa y merece protección.

"Los miembros del movimiento pro vida le han abierto los brazos y los corazones a las mujeres que lidian con un embarazo difícil. Toda mujer debería saber que matar a su niño no va a hacer su vida más fácil ni más exitosa. Todo aborto provocado detiene un corazón que late".

Colorado, donde tiene su sede la clínica del doctor Hern, es uno de solo siete estados en EE.UU. que no limitan el aborto según la edad gestacional.

Las pacientes viajan a ver al doctor Hern desde todas partes del mundo. Estima que, desde 1975, ha visto a unas 40.000 mujeres.

"Nos ven como el último recurso en el planeta"

Natalie (aunque ese no es su verdadero nombre), ha trabajado como enfermera en la clínica durante toda su vida, desde los 19 a los 37 que tiene.

Vio un anuncio de empleo en el periódico que simplemente decía "Apoya el derecho de una mujer a decidir", y lo solicitó.

Durante esos 18 años ha cuidado de mujeres en todo tipo de circunstancias. Pero hay una cosa que las une a todas.

"Las mujeres que vemos normalmente están desesperadas. Tienen una sensación de miedo y desesperación, nos ven como el último recurso en el planeta".

Ilustración de una paciente y una enfermera

Hay muchos motivos por los que una mujer puede buscar un aborto tardío, pero el más común son complicaciones médicas severas.

Como Natalie explica, "las cosas pueden torcerse en un embarazo, así de simple. Puede que todo se vea bien a las 20, 25 o incluso 30 semanas. Y de repente, o el bebé o la madre pueden encontrarse en grave peligro".

Anormalidades fetales

A Kate Carson, una profesora del estado de Massachusetts, le dijeron a las 35 semanas que su bebé tenía un trastorno congénito, uno cerebral y además una malformación llamada Dandy-Walker.

Eso significaba que su hija, que para entonces su marido y ella ya habían nombrado Laurel, no podría caminar, hablar ni tragar, eso, si llegaba a sobrevivir al parto.

Kate y su marido sentían que no podían darle a Laurel una vida de tanto dolor, y después de muchas sesiones de terapia decidieron abortar en la clínica del doctor Hern.

Reflexionando retrospectivamente Kate dijo: "Yo nunca dudé de que estaba haciendo lo correcto por ella, pero eso no facilitó la decisión".

Natalie recuerda el caso de una paciente que tuvo no uno sino dos diagnósticos de anormalidad fetal en un año y tuvo que visitar la clínica en ambas ocasiones.

"Su fuerza y su resistencia siempre se quedarán conmigo", dice la enfermera.

"Estaba pasando por una tragedia pero allí estaba, saludándonos como a viejas amigas, trayéndonos chocolates. Tener ese tipo de actitud en esas circunstancias te hace querer ser así también".

Incesto y violaciones

Ilustración de mujeres esperando

Para algunas de las otras mujeres que acuden a la clínica hay otros factores en juego.

"Hemos tenido muchas, muchas pacientes a lo largo de los años que habían sido víctimas de incesto o de agresiones sexuales", me dijo Natalie.

"Algunas vienen de ambientes religiosos tales que temen que los padres las echen de casa o incluso las maten por estar embarazadas. Con frecuencia esperan que el embarazo desaparezca o no se dan cuenta de lo que les está pasando hasta que es demasiado tarde".

"Una vez tuvimos a una niña muy, muy joven que vino de Canadá. Había sido víctima de violación y de incesto y venía acompañada de personal de los servicios sociales -sin amigos ni familia".

"Era invierno. Era tan joven que todavía vestía unos guantes con el personaje animado Piolín. Estábamos todos desesperados por ayudarla".

"Creo que ahora debe ser una mujer en la veintena. ¿Estará bien? ¿Tendrá una familia? Cuando trabajas aquí te quedas con todas estas preguntas sin respuestas, son como agujeros dentro de tí que nunca se llenan".

Miedo a los manifestantes

¿Cómo hace Natalie para calmar a estas mujeres que a menudo sufren una ansiedad emocional extrema?

"Solo intento ponerme en sus zapatos".

"Las tratamos como si fuera una de nuestras amigas o hermanas las que estuvieran pasando por esto. Y les damos confianza diciéndoles que el doctor Hern y el resto del personal hacen estos procedimientos todos los días".

"Casi todas tienen una ansiedad tremenda", me dijo el doctor Hern.

"Les preocupa si yo sé bien lo que estoy haciendo, les preocupa la desaprobación de otras personas y les preocupa ser atacadas por los manifestantes".

Boulder es un lugar bastante liberal, pero el personal de la clínica sabe que es objetivo de los activistas contra el aborto.

Después del asesinato del doctor Tiller en 2009 les dieron protección policial y ahora el doctor Hern tiene un equipo estacionado protegiendo su oficina, su casa y cualquier lugar al que viaje.

En 1988 alguien le intentó disparar cinco veces a un miembro del personal médico de la clínica, pero falló, y ha habido un sinnúmero de incidentes de vandalismo, neumáticos rajados, etc.

Pero Natalie dice que "normalmente después de conocernos a todos el primer día las pacientes se dan cuenta de que las vamos a tratar con dignidad y respeto y se sienten mucho más a gusto".

Un futuro incierto

El procedimiento en sí no es barato.

Ilustración de la seguridad en los alrededores de la clínica

El doctor Hern me dijo que los abortos tardíos pueden costar varios miles de dólares porque, según dice, "hay muchas personas dedicadas, profesionales y muy cualificadas ayudándome a hacer esto, además del costo de las instalaciones, la seguridad y el seguro".

"Muchas mujeres no tienen el dinero para pagar el procedimiento, así que yo me preocupo de ponerlas en contacto con la organización correcta que las puede ayudar".

El doctor Hern suena brusco por teléfono. En referencia al riesgo de seguridad que implica su trabajo me dijo "Nadie razonable haría lo que yo hago".

"Es mi trabajo. Las pacientes necesitan mi ayuda y yo estoy aquí para ayudarlas. He tenido muchas oportunidades en la vida de hacer otras cosas, pero esto es lo que yo hago y tengo la determinación seguir haciéndolo".

Natalie se considera muy afortunada de haber trabajado con el doctor Hern y destaca de él un costado más suave.

"Es increíble. Ha tenido una vida larga y llena de aventuras. Ha visto mucho. Cuando no hay absolutamente nada que pueda hacer por una paciente, por ejemplo, si hay una condición médica preexistente que le impide operar, eso de verdad le afecta. Quiere poder ayudar a todo el mundo", dice la enfermera.

El procedimiento lleva cuatro días, dependiendo de cuánto exactamente ha progresado el embarazo.

Aunque se toman todas las precauciones para confirmar que la madre está preparada tanto física como emocionalmente, es una experiencia increíblemente estresante.

Actualmente la clínica no tiene a ningún médico en capacitación y el doctor Hern se está aproximando a los 80, así que el futuro de la clínica Boulder es incierto.

"Después de 18 años hablando con estas mujeres, escuchando todos los días sus historias, sé que ahora mismo no hay ningún procedimiento más importante para la salud de la mujer", dice Natalie.

"Puede ser una cuestión de vida o muerte, además de ser fundamental para el bienestar de las familias y de su futuro".

"Incluso cuando los días son difíciles y te pasan factura, alguien te dice cuando le das el alta "me devolvieron la vida", y entonces te das cuenta de cuán importante, cuán crucial es tener la libertar de poder tomar este tipo de decisión".