Baloncesto

Collins derriba la barrera de la homosexualidad en el deporte profesional

Collins pasará a la historia como el primer jugador abiertamente homosexual que juega en uno de los grandes deportes profesionales estadounidenses.

24 de febrero de 2014, 10:14 AM

Cuando Jason Collins saltó al campo del Staples Center de Los Angeles el domingo dejó de ser un simple deportista y se convirtió en un símbolo de la lucha por los derechos de los homosexuales, al derribar una de las barreras más duras para el colectivo: el deporte profesional.

"Estamos entrando en una nueva era con Jason Collins, los Brooklyn Nets y la NBA al frente", aseguró en un comunicado el director de Athlete Ally, una organización que trabaja en la inclusión de los LGBT (gays, lesbianas, bisexuales y transexuales) en las competiciones deportivas.

Collins pasará a la historia como el primer jugador abiertamente homosexual que juega en uno de los grandes deportes profesionales estadounidenses.

El jugador californiano, de 35 años, hizo pública su orientación sexual al término de la pasada temporada tras una larga carrera en la liga y ha permanecido hasta ahora a la espera de que algún equipo le diese la oportunidad de volver a competir, lo que han hecho los Nets con un contrato de diez días.

"La firma de este contrato es increíblemente importante", explicó a Efe la directora ejecutiva del Centro del Orgullo de Brooklyn, Erin Drinkwater.

Para la organización, la participación de Collins en la liga "comenzará muchas conversaciones, en las escuelas, en los centros deportivos...".

Collins "tiene la oportunidad de convertirse en un modelo", aseguró Drinkwater.
Las agrupaciones de LGBT consideran fundamental que esos modelos aparezcan en todas las áreas de la sociedad y, en especial, en algo tan tradicionalmente machista como el deporte de alta competición.

"Durante generaciones, la juventud LGBT ha carecido de figuras abiertamente homosexuales como modelo en el deporte profesional masculino", explicó en una nota el responsable de los programas juveniles de Athlete Ally, Akil Patterson.

Collins, mientras tanto, ha preferido por ahora dejar a un lado su recién adquirido carácter de símbolo y concentrarse en lo puramente deportivo, aunque volverá a vestir el dorsal 98 en homenaje a un estudiante asesinado por su orientación sexual en 1998.

"Ahora mismo, estoy centrado en aprender las jugadas. No tengo tiempo para la historia", dijo en unas declaraciones tras el partido de anoche, en un mensaje de normalidad que trataron de mantener varios de sus compañeros de equipo.

Otros, sin embargo, no dudaron en resaltar la importancia del momento: "es un tipo que va a abrir la puerta para otros deportistas, no sólo en América, sino en todo el mundo del deporte", apuntó el veterano escolta Paul Pierce.