POR Álvaro Sánchez | 21 de junio de 2023, 20:22 PM

El crimen de una estudiante del Cindea en Barra del Tortuguero ocurrió en un aula de la escuela que estaba a tan solo

Jazmín Torres Rankin de 42 años, fue asesinada dentro de un aula en la escuela del Cindea, en Barra del Tortuguero, a solo 75 metros de la delegación de la Fuerza Pública.

Dos hombres encapuchados ingresaron al lugar y le dispararon en varias ocasiones.

“Yo escuché como ocho disparos, luego, a los pocos cinco minutos me llamó mi hermano menor, que habían matado a mi mamá, él tiene 16 y estaba en la misma aula que ella, la mataron frente a él, ella ya estaba por salir del aula, estaba haciendo la parte final, la redacción”, explicó Yohanzel Centeno, hijo de mujer asesinada.

Jazmín estaba estudiando para sacar el bachillerato junto a su hijo de 16 años, quien fue testigo de lo ocurrido.

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A las 6:30 p. m., dos hombres encapuchados ingresaron a una de las aulas del centro educativo y mataron a balazos a Jazmín Torres Rankin, de 42 años.

“Ella hablaba patua e inglés, estudió español, en el 2010 trabajó dos años en barco y quería construir apartamentos para tener ingreso extra. Mi hermano trata de disimular su dolor, lo dejó marcado para toda la vida, jamás lo va a olvidar, su madre baleada en su cara, está sufriendo”, agregó Centeno.

Lo que más llama la atención de este caso es que los testigos, incluso el hijo mayor de jazmín, reconocen que los disparos se escucharon hasta el otro lado del pueblo, pero los sospechosos lograron escapar sin problema, a pesar de que la delegación de Fuerza Pública está cerca.

Incluso en la zona hay personas del GAO y Policía de Fronteras.

Los dos sicarios habrían logrado escapar en una embarcación.

“Siempre ha sido un pueblo Pacífico, turístico, esto pone en mal nuestro pueblo, mucho menos a sangre fría, es el primer caso, exigimos justicia para que encuentren a los responsables”, concluyó el hijo.

Este tipo de hechos violentos no son comunes en esta pequeña comunidad del caribeño norte dedicada al turismo, pero hay preocupación y temor por lo ocurrido.

La dinámica del hecho confirma que se trató de un ajuste de cuentas, pero las motivaciones ahora están bajo investigación del OIJ de Guápiles.

La zona es de influencia de un prófugo de la justicia identificada como Alejandro Arias Monge, alias “Diablo” a quien vinculan con ventas de drogas, ajustes de cuentas y otros delitos.