POR | 18 de marzo de 2013, 4:49 AM

La buena noticia, luego de saber que el cerebro pone tanta atención a las cosas negativas, es que podemos ir cambiando eso.

Obviamente, no podemos ni debemos abandonar ese sistema de defensa, pero podemos enseñarle al cerebro (para tranquilidad nuestra) a poner más atención a lo positivo.

Entre uno más piensa en algo, mayor es la huella que ese algo deja en las neuronas, y al cerebro le es más fácil recordar esa cosa o volverla a pensar.

Por esto, cultive el siguiente hábito:

* Oblíguese a contrarrestar con algo positivo, cada vez que un pensamiento negativo se asome.

* Acostúmbrese a hacer una lista, aunque sea mental, de las cosas positivas de cada situación, persona, lugar o tarea.

* Si se sorprende pensando en lo negativo de una situación, piense en las cosas positivas que podrán salir de todo lo que suceda.

* Véase al espejo 10 minutos cada mañana y, aunque sea en su mente, asocie con su reflejo todas las características que usted gusta o disfruta de su persona.

Recuerde, el ser positivo puede volverse un hábito, que le reducirá angustias, estrés y le hará pasar un muy buen día.