POR Katherine Ortega | 29 de julio de 2015, 3:14 AM

Las que tienen bebés, seguro han escuchado frases como: ¡Dejálo llorar, eso es manipulación! o ¡Eso es "bracitis", no lo alcés para que se le quite la costumbre! ¿Típico verdad?

Bueno, talvez "dejar llorar" al bebé, no sea una buena idea, pues se sabe que algunos niños podrían experimentar consecuencias como inseguridad, temor y hasta dificultades con el habla, en el futuro.

Y es que el niño, llora por 2 razones:

Motivos físicos: que se refiere a necesidades como hambreo frío.

Motivos emocionales: Son más que todo, la necesidad de no sentir abandono.

Cualquiera que sea el caso, hay razones para no dejarlo llorar.

Si el Corizol se dispara demasiado a corta edad, se podría alterar niveles químicos cerebrales, esto podría traer consecuencias como:

-Retraso en el desarrollo del habla

-Inseguridad en el pequeño en el futuro

Lo ideal es tranquilizarse cada vez que el niño llora para no transmitirle estrés al pequeño.

Con el paso de los días, poco a poco iremos reconociendo la necesidad específica que tiene el bebé.

Atender a su llamado, ofrece ventajas.

Si atiende el llanto con amor y el niño no se tranquiliza, lo mejor es que consulte con un médico, pero en la mayoría de los casos con paciencia, este problema, se soluciona.