POR Katherine Ortega | 1 de julio de 2014, 5:10 AM

Las actividades entre padres e hijos, además de reforzar el vínculo y brindar seguridad, pueden beneficiar otros aspectos del desarrollo intelectual del pequeño.

Una de las formas de lograrlo es a través del tacto. Según la psicóloga Johanna Brenes, es importante estimular el tacto incluso desde los primeros meses de vida.

La especialista agrega que a partir de que el niño cumple un año se pueden realizar juegos sencillos y económicos en casa.

“Por ejemplo podemos usar gel para el cabello, colorante y bolsas plásticas para que el pequeño tenga contacto con esos materiales”, explicó Brenes.

También con alimentos tradicionales se les puede entretener y a la vez hacer que su hijo desarrolle la motora.

El tacto permite el desarrollo intelectual y le brinda un espacio para compartir con sus hijos.