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Tica radicada en Nashville sobrevivió a brutal ataque en intento de secuestro
La joven brincó de un carro a una velocidad de 97 kilómetros por hora, tras ser apuñalada por un pasajero de Uber.
Carolina Vargas es una joven de 26 años, oriunda de Buenos Aires de Puntarenas; años atrás decidió mudarse a Nashville, en Estados Unidos.
Ingresó a trabajar a la plataforma Uber en diciembre del año pasado. Nunca se imaginó que en los próximos meses viviría una experiencia que le cambiaría la vida.
El martes anterior empezó la pesadilla. A través de la aplicación, Carolina fue contactada por Christopher Miller, un hombre que solicitaba el servicio de transporte hasta Tennessee.
“El me contactó primero por el app Uber y yo lo llevé de Nashville a un rent a car, él maneja camiones. Dejó el carro de él en el mecánico por eso quería rentar un carro pero tuvo problemas, por eso me pidió que lo recogiera”, indicó Vargas.
Durante ese encuentro, todo transcurrió con normalidad. Miller le reveló a Vargas bastante información personal: le dijo que era bombero, cristiano y padre de familia. Esto le dio la confianza a la joven costarricense para darle su número de teléfono y ofrecerle su servicio de transporte para otro día.
“Yo le pregunté '¿dónde es su hogar?', y me dijo que a dos horas y media, entonces yo le dije si quiere yo lo llevo devuelta y él aceptó", agregó.
El jueves, Miller la contactó para decirle que iba a estar listo el viernes para su regreso a casa.
“Lo recogí, todo iba normal hasta que después de una hora sacó el cuchillo y me lo puso en la costilla. Al tipo se le pusieron los ojos rojos y me dijo 'ahora usted va hacer lo que yo diga que haga, cuando diga que doble va a doblar'. Yo estaba en shock y muy asustada”, dijo con voz quebrada la joven oriunda de Buenos Aires de Puntarenas.
Para escapar de esa situación, Vargas tuvo que saltar del carro a una velocidad de 97 kilómetros por hora, tras ser amenaza con arma cortopunzante en su cuello.
“Me subió el cuchillo al cuello y me dijo que le diera el celular, 'deme su celular', me quité el cinturón, le quité el cargador al celular y brinqué, fue un segundo y brinqué. Le doy tantas gracias a Dios, pudo haber sido peor y cuando brinqué nunca solté mi celular”, afirmó.
Fueron unos ‘ángeles’, según Vargas, quienes la ayudaron en la autopista cuando estaba malherida.
“Las personas que me ayudaron llamaron al 911. Muchos carros pasaron, pero nadie paraba, una señora paró, y recuerdo verle la cara a esta señora, le agarre la mano, tenía tanta sangre, y me acuerdo decirle a la señora no se vaya por favor, por favor. Ella me dijo tranquila yo estoy acá no se preocupe, yo estaba en shock y no paraba de hablar. Las dos muchachas las voy a recordar como ángeles”, contó.
Minutos después, llegó la policía. Miller se llevó el carro de la víctima y manejó hasta Jacksonville. Tras las investigaciones respectivas, fue arrestado este lunes en un motel de Florida. Las autoridades le decomisaron las armas que portaba.
Una prueba crucial para la investigación fueron las fotografías que tomó la costarricense de él.
“Yo le mandé una foto a mi mamá para que viera con quien estaba, cuando hago viajes muy largos prefiero tomarles foto a los usuarios por precaución”, indicó.
Vargas terminó sin tres dientes, con muchos moretones en sus piernas, pero no se quebró ningún hueso.
“Creo que este señor me iba a matar. Le doy gracias a Dios por haberme salvado de esto, me siento tan contenta, con lo mínimo como una taza de café, la disfruto tanto. Yo pude haberme muerto, ahora valoro mucho más la vida. Me cambió la vida a mí y a mi familia”.
Finalmente, Carolina desea mandar un mensaje de precaución para todas las chicas que son conductoras. “Las muchachas que hacen Uber por favor tomen precauciones, muchas veces uno hace viajes por la necesidad, pero hay que tomar precauciones”.