POR Juan José Herrera | 30 de septiembre de 2020, 17:05 PM

La práctica del Gobierno de solventar sus necesidades financieras por medio de préstamos externos no solo no puede ser eterna, sino que podría no estar disponible próximamente en medio de la crisis económica actual.

Así de contundente fue la Contraloría General de la República en su informe técnico sobre proyecto de presupuesto ordinario para el 2021, que se discute en la Asamblea Legislativa por un monto total de ₡11.4 billones.

De ese monto el Ejecutivo solo cuenta con ₡5.2 billones por ingresos (45% de lo presupuestado), los restantes ₡6.3 billones saldrán de nueva deuda.

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El proyecto incluye una reducción "histórica" del gasto primario (sin intereses ni amortización) de 5.3%, equivalente a ₡368.644 millones.

“Los serios niveles de déficit y endeudamiento históricos que enfrentamos incrementan el grado de vulnerabilidad al que estamos sujetos en un contexto económico internacional también desfavorable, y requieren de medidas extraordinarias.

“El flujo de recursos del crédito externo en el orden internacional no será perenne. Realizar los ajustes estructurales que nos lleven a la senda de la sostenibilidad y la eficiencia es imperativo para dar credibilidad, generar confianza y proteger el bienestar ciudadano de esta y las próximas generaciones”, cita el informe.

En su estudio, la Contraloría detalló que el 25% del presupuesto del próximo año se irá en pagar remuneraciones, otro 25% en pagar transferencias corrientes y el 43% en el servicio de la deuda (24% para amortización y 19% en intereses y comisiones).

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“Estos rubros absorben el 92% de los gastos previstos en el proyecto permaneciendo la rigidez existente del gasto público”, añadió la Contraloría.

El proyecto sostiene las proyecciones de Hacienda, que estiman un déficit financiero de 9,9% y uno primario (diferencia entre ingresos y gastos sin intereses) del 4%.

Estos, a su vez, respaldan la estimación de una deuda pública de 70% en 2020 y de hasta 80% en 2021, ambos muy por encima de ese 50% que es lo considerado manejable.

“La baja del PIB ha influido directamente en estos indicadores, pero en el corto plazo no puede esperarse una recuperación de la economía suficientemente fuerte como para revertir su deterioro, con respecto a lo que se tenía proyectado a corto y mediano plazo”, finaliza el informe.