POR Bárbara Marín | 14 de mayo de 2019, 8:41 AM

Yanory Jiménez Rojas tiene 53 años de edad y 27 de trabajar como guardaparques en el sector de la Leona en Corcovado.

Un bastón casero que se encontró en la playa es su única herramienta de defensa.

La labor de doña Yanory consiste en hacer control del área, vigilancia desde el puesto de seguridad y en ocasiones atender al público, todo esto lo realiza sin ningún tipo de arma ni instrumentos de protección.

Permanece de día y de noche en el parque, muchas veces sin compañía.

¨En esta zona tenemos problemas de cazadores y narcotraficantes y ellos andan armados, sin ningún temor a disparar¨ agregó Yanory.

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Debido a esto, ha solicitado incansablemente más equipo humano y armas para poder proteger su vida y la del área de conservación, pero lo único que le indican es que la falta de dinero imposibilita ambas medidas, y le aconsejan que no se exponga al peligro.

 ¨Me enoja cuando dicen que no me exponga al peligro, cuando mi trabajo es proteger…¨, afirmó descontenta.

Esta guardaparques a pesar de que se considera valiente, admite que su vida corre peligro, y que la situación que vivió su compañero el sábado anterior es un anuncio de las condiciones deplorables en las que se encuentran los guardaparques de este país.

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