Costa Rica podría resolver problemas de desempleo, pobreza y desigualdad con Bonos de Impacto Social

El financiamiento requerido para el desarrollo sostenible y progreso social del país excede las actuales posibilidades del sector público y social.

Recientemente en el evento “Construyendo bases para una economía de impacto en Costa Rica”, 

organizado por la Fundación Costa Rica Estados Unidos para la Cooperación (CRUSA), el Sistema de Naciones Unidas, el Banco Interamericano de Desarrollo y la Fundación ALIARSE, 

diferentes expertos nacionales y extranjeros reflexionaron acerca de las oportunidades que presenta el financiamiento de proyectos a través de los Bonos de Impacto Social (BIS), en un contexto de desafíos macroeconómicos y de necesidad de reactivación económica.

Los BIS son un instrumento de financiamiento que permite ejecutar proyectos de desarrollo ofreciendo una tasa de retorno al inversionista, siempre y cuando se logren alcanzar los objetivos propuestos.​

Este tipo de instrumentos de inversión buscan incrementar la efectividad de la inversión social, la innovación del sector público, promover la flexibilidad para resolver problemáticas sociales y lograr una mejor asignación de los recursos públicos.

Por ejemplo, el Estado busca atender el problema de desempleo en una determinada población, emite un BIS que ofrece una tasa de retorno para quien quiera invertir aportando los recursos, luego entre ambos contratan a un proveedor que ejecute el proyecto y a un ente que se encargue de la fiscalización o verificación del cumplimiento de resultados. 

La intervención se realiza bajo un esquema de pago por resultados.

Flora Montealegre, delegada ejecutiva de la fundación CRUSA, indicó que el sistema es exitoso en muchas partes del mundo y que hoy en día las corporaciones llevan consigo una conciencia social más aguda lo que convierte a los BIS en una propuesta efectiva.

​El consultor de Naciones Unidas, Nelson Stratta, señaló que el contexto costarricense presenta un escenario propicio para el impulso a nuevas formas de financiamiento, al existir una confluencia de interés entre el Gobierno, organizaciones cooperantes, financieras y no financieras, así como organizaciones que ejecutan proyectos, para sacar adelante iniciativas que impactan de manera positiva las condiciones de vida, el clima de negocios y la sostenibilidad ambiental a lo largo y ancho del país.