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Estela Quesada: los tres aspectos que marcaron su carrera y sacudieron al país
La docente y abogada alajuelense nunca dejó de luchar por una Costa Rica más justa y equitativa.
En esta nueva entrega del especial Beneméritos hacemos un recorrido por la vida de Anna Gabriela Ross González. Hablar de ella y no relacionarla inmediatamente con la fundación que lleva su nombre es imposible. Pero más allá de eso, esta doctora, quien obtuvo su título de médico y cirujano en la Universidad de Costa Rica (UCR) en 1979, impulsó aportes sustanciales para la sanidad costarricense y hoy sigue siendo reconocida por muchos como una de las grandes lideresas humanistas en la historia del país.
Esta josefina nació el 4 de junio de 1952 y falleció el 16 de setiembre de 2003 con 51 años debido a un cáncer colorrectal. Fue hija, madre, hermana, tía, amiga y destacada profesional en el campo de la medicina y en materia social.
Entre sus logros más destacados se puede mencionar su insaciable interés por ayudar a los más necesitados y por crear ambientes más salubres, principalmente en las fiestas de Zapote, donde consiguió fomentar el lavado de manos y la utilización de contenedores adecuados para la basura, entre otros esfuerzos.
Además, insistió en la importancia de que existieran servicios sanitarios en lugares públicos como supermercados y bancos, y también impulsó operativos para el decomiso de pólvora con el fin de contrarrestar las preocupantes cifras de niños quemados que se registraban en la década de los noventa.
¿Ha escuchado hablar sobre el programa de la Bandera Azul Ecológica? A finales de 1995, Ross fue la encargada de estructurar la Comisión Nacional a cargo de otorgar este galardón, el cual nació en el Laboratorio Nacional de Aguas de Acueductos y Alcantarillados (AyA).
En busca de una visión y tratamiento más humano contra el cáncer
En 2003, tras recibir el diagnóstico de un cáncer para el cual los médicos le pronosticaban solo tres meses de vida, desarrolló un programa de apoyo psicosocial destinado a los pacientes con esta enfermedad terminal. El proyecto luego pasó a convertirse en la Fundación Anna Gabriela Ross, fundada el 4 de octubre del mismo año y dedicada a ofrecerle guía y atención a los pacientes con cáncer de mama y de cuello uterino, entre otros.
"Era una persona que se preocupaba por el ser humano primero, y esa visión integral es lo que ha guiado, desde la génesis y todo el desarrollo de la fundación, pensar en el ser humano de una manera integral", recordó su sobrina y directiva de la fundación, Victoria Gamboa Ross.
Dos de sus hermanos, Victoria y Stanley, también fueron diagnosticados con el mismo cáncer años más tarde, pero lograron sobrepasar el diagnóstico. Ambos atribuyeron su recuperación oportuna al hecho de que tuvieron una detección temprana de la enfermedad, porque, tras la muerte de su hermana y conscientes de que el cáncer colorrectal era un padecimiento genético, decidieron someterse a las pruebas de control que les permitieron detectar y tratar el cáncer oportunamente.
Gamboa también indicó durante una entrevista con Teletica.com que en los 19 años que han transcurrido desde la creación de la fundación, el proyecto ha impulsado "hitos importantes, como la atención con equipos multidisciplinarios y pasando por la incorporación de temas como la salud mental, que muestran que esa visión que ella tuvo y que nosotros hemos promovido ha calado".
"Fue una mujer valiente", así la describió su hermana, Marjorie Ross, periodista y abogada, al medio Al Día el 17 de setiembre de 2003, un día después de su muerte: "el mayor legado de Gabriela fue una vida dedicada al servicio público con honestidad y firmeza. Me dijo que ese debía ser su epitafio".
En la misma nota del extinto periódico nacional, Antonio Álvarez Desanti expresó que Ross fue “una mujer que abrió brecha en un país donde prevalecía el machismo y se pensaba que las instituciones debían ser manejadas por hombres. Ella asumió con un gran liderazgo el manejo y la dirección de programas sociales, demostrando que se podía ser una gran ejecutiva con alto sentido humano”.
Ross evidenció su vocación con cada acción que tomó durante su gestión en materias de saneamiento ambiental, de provisión de agua potable y de promoción de la salud (especialmente en la importancia de la atención primaria) que era una persona de “armas tomar” cuando de contribuir a su país se refería.
Cabe destacar que Ross también ejerció distintos cargos de notoria relevancia, los cuales listamos a continuación:
Asimismo, también listamos los reconocimientos otorgados a su labor:
Bajo el expediente 21.289, propuesta realizada por Silvia Hernández, última presidenta de la Asamblea Legislativa durante el periodo 2021-2022, el 21 de julio de 2021, los diputados la declararon como Benemérita de la Patria junto a otras 13 mujeres sobresalientes en otros campos como la ciencia y el arte.