POR José Fernando Araya | 19 de junio de 2023, 10:32 AM

Steve Vai es un flautista de Hamelín moderno. Acá no es una flauta su instrumento de magia, más bien es una guitarra que engancha a su público como nunca. El norteamericano parece hacer lo imposible sobre el escenario y deja atónitos a todos. 

Pero también podría ser bien un ventrílocuo, solo que esta vez hace hablar a su guitarra como si tuviera vida propia. Incluso, punto alto de su gran noche fue ver al público haciendo eco como si las tonadas hablaran. Increíble.

El estadounidense, de 63 años, es considerado uno de los guitarristas más influyentes en la historia de la música y, este domingo, dio una clase magistral, un concierto de alto calibre en Peppers Club, Curridabat.

El club estuvo a reventar y todos llegaron con la misión de poder observar al que para ellos fue un ídolo de niños, un maestro con el que comenzaron a hacer sus primeros golpes a la guitarra, viéndolo en algún viejo VHS. La vieja escuela estuvo presente.

El sueño se hizo realidad al aparecer en escena junto a su banda y comenzar a tomar el lugar como suyo con Avalanchatema de su nuevo álbum Inviolate, que le da el nombre a la gira.

Concierto de Steve Vai en Costa Rica. Crédito: José Fernando Araya.

Le siguieron Giant Balls of Gold y Little Pretty, que hicieron caer en razón a su fanaticada de que al fin lo tenían frente a frente.

Pero con Tender Surrender aprovechó para subir la euforia con uno de sus temas clásicos, y aprovechó para presentar a su buena banda de acompañamiento. El bajista Philip Bynoe, el baterista Jeremy Colson y el joven segunda guitarra Dante Frisello.

El músico agradeció a todos y alabó al país, pues el sábado tuvo la oportunidad, junto a su banda, de conocer un poco algunos lugares turísticos, aunque destacó que “jodidamente” llovió mucho. Esto sacó las risas de todos los presentes, que justo antes del “chivo” se tuvieron que aguantar un baldazo de grandes magnitudes, que a más de uno empapó.

Concierto de Steve Vai en Costa Rica. Crédito: José Fernando Araya.

Precisamente, su humor es un arma que subraya más su ingenio. Mientras Vai se encuentra haciendo movimientos imposibles con sus dedos, este sonríe, hace muecas, posa para los celulares y hasta guiña ojos a alguna fanática cercana. Es un showman como pocos.

Los clásicos de Vai elevaron la noche a épica con Bulding The Church y Bad Horsie, que fue introducida con un pedazo de la película Crossroads, donde el propio Vai aparece como guitarrista endemoniado.

Además, aprovechó para dar un poco de su nuevo repertorio con Greenish Bluesun homenaje al blues de antaño que se disfrutó de igual manera, para luego pasar a la icónica Whispering a Prayer.

Cerrando la noche, comenzaban a llegar los momentos esperados por todos. Uno de ellos fue la aparición de The Hydra, su instrumento de tres mástiles, para tocar Teeth of the Hydra. Esta es una bestia de instrumento que, definitivamente, solo alguien con la capacidad de Vai puede tocar.

Concierto de Steve Vai en Costa Rica. Crédito: José Fernando Araya.

Tres mástiles, guitarras de siete y 12 cuerdas, bajo, arpa incorporada, luces led, estética steampunk de película de Mad Max… Es inexplicable ver cómo la toca, pareciera como si le salieran más brazos para complementarla. Su sonido, una delicia.

Dos horas y el concierto llegaba a su final, no sin antes despedirse con dos joyas. La primera, Liberty (de las más cortas de su repertorio), y la esperada For the Love of God, donde hubo una atención especial, casi como si de un sermón se tratara.

Muchos se abrazaron, otros lloraron simplemente repasando las melodías que tantas veces practicaron en sus cabezas.

Para esta pieza, Vai introdujo a Danny G, su técnico de monitoreo, que sorprendió con una improvisada ópera que a algunos gustó y a otros no tanto, pues solo querían escuchar las notas de Vai.

El guitarrista se despidió con un “zarpe”, Fire Garden Suite IV, que puso punto final a una gran noche de dos horas y 20 minutos en Peppers.

Vai, quien ocupa el puesto número 10 de la lista de mejores guitarristas de todos los tiempos, según la revista Guitar World, comenzó su carrera junto a Frank Zappa y, más tarde, se consolidó con la banda Whitesnake y David Lee Roth, entre otros grandes artistas.

Concierto de Steve Vai en Costa Rica. Crédito: José Fernando Araya.

Pero cuando saltó a la fama fue en 1996, gracias a la gira G3 junto a Joe Satriani y Erick Johnson, cuya fama llegó al tope, al punto de marcar a toda una generación.

Esa generación tuvo un encuentro muy especial este domingo al poder ver en vivo al gran mago de la guitarra: Steve Vai.