POR José Fernando Araya | 31 de octubre de 2023, 22:44 PM

Hay que decirlo, los Red Hot Chili Peppers (RHCP) de ahora distan mucho de aquella banda que en los 90 parecía comerse el escenario.

Sin embargo, sus grandes éxitos son los que verdaderamente traen el picante al concierto y fue el premio para cerca de 40.000 personas que esperaron para verlos en por tercera vez ante una incesante lluvia que empapó a todos, pero no mermó el ánimo de los más fanáticos.

Si no hay lluvia no es concierto de los RHCP, pues al igual que en el 2002 (aquel recordado barreal en el Rosabal Cordero) y el 2011 en el mismo Estadio Nacional, la lluvia otra vez volvió a ser protagonista.

Anthony Kiedis vocalista de Red Hot Chili Peppers. Crédito: Juan Manuel Quirós

La banda nacional Saint Cecilia y Irontom, fueron las encargadas de abrir la presentación, pero la copiosa lluvia que no paró durante todo el concierto enfrió un poco sus puestas en escena, pese a que la última logró “matizar” un poco más a la masa multicolor disfrazada con capas en el mejor homenaje a la noche de Halloween.

Seis minutos después de las 8 p. m. llegó el plato fuerte. Una intro acústica donde ya el guitarrista John Frusciante demostró por qué es uno de los mejores y por el que vale el boleto. 

John Frusciante, guitarrista de Red Hot Chili Peppers. Crédito: Juan Manuel Quirós.

Los RHCP premiaron a los que llevaron agua por más de 15 horas de fila y soltaron tres de sus canciones más emblemáticas: Can´t Stop, Scar Tissue y Dani California.

En el medio, su emblemático vocalista Anthony Kiedis (quien celebra este 1.º de noviembre su cumpleaños 61) aprovechó para romper el hielo con un “Hola, San José” para de inmediato afirmar con algo de sátira que es “una noche perfecta para Halloween”.

Pero tras un tremendo arranque que trasladó a todos a los 90 e inicios de este nuevo siglo, vino una mezcla de temas de sus últimos dos discos y que no son tan reconocidos por la fanaticada, eso sí, mezclados por otros éxitos para no dejar que se muera esa conexión.

Así pasamos de Universally Speaking del álbum 'By the Way' a una desconocida Aquatic Mouth Dance, para luego subir los ánimos con el himno Soul to Squeeze.

Pero hay que admitirlo, tal vez los más fans de la banda disfrutaran de temas como Me & My Friends, que data de 1987 y con un increíble solo de Frusciante, Eddie o Hard to Concentrate, que casi que pasaron desapercibidas por un público que aplaudía el esfuerzo de la banda por meterlos en el espectáculo.

El bajista Flea fue uno de los más enérgicos de la noche. Crédito: Juan Manuel Quirós.

En medio de eso, Flea, emblemático bajista de la banda y amante de surfear por las playas ticas, soltó la frase que le puso pimienta a la noche: “Amo su maldito país, en serio, son los mejores”.

Luego de Tell Me Baby y un rápido cover de los Ramones con Havana Affair, llegó el éxtasis con Californication, canción del álbum que lleva el mismo nombre y que lanzó a la agrupación a la fama mundial con aquel video que rondaba los televisores de todos en tiempos donde la animación 3D comenzaba a golpear las pantallas.

Black Summer sirvió como puente para que viniera la canción con más poder de la noche: By the Way, que hizo menear las melenas mojadas a más de uno.

Con un breve descanso llegó el sarpe. Con dos himnos, Under the bridge, aquella balada que rinde homenaje a la ciudad de Los Angeles, y ahonda un poco en los demonios de las drogas del cantante Kiedis; la otra, Give it Away con aquel mítico híbrido rock-rap que marcaría mucho el futuro.

RHCP es una banda que sigue dando picante en el escenario, pero que sobrevive gracias a sus grandes éxitos, esos que hacen pagar a la fanaticada.

Chad Smith demostró sus dotes en varias canciones de los RHCP. Crédito: Juan Manuel Quirós. 

Pero, lo mejor radica en los dedos rápidos de Frusciante y el enérgico bajo de Flea que hicieron que más de uno retornara a su etapa colegial o universitaria, olvidando así una noche marcada por la lluvia y una neblina como nunca en La Sabana.