Pasó de ser jornalero a uno de los escultores más reconocidos de Costa Rica

Don José Altamirano tiene 52 años y fue hace 19 que la vida le transformó totalmente.

Pasó de ser un jornalero, un cuidador de finca, a uno de los escultores más populares y reconocidos de Costa Rica.

Comenzó dándole forma a unas banquitas que tenía para sentarse hasta hacer obras de hasta 3 años de trabajo.

Para el su trabajo vale lo que vale, por eso no se apresura por vender rápidamente sus obras, más bien en su casa hay un museo abierto al público.