POR Sebastián Durango | 12 de diciembre de 2025, 17:55 PM
En Caldera, Puntarenas, la Navidad encontró este año un escenario inesperado: el mar. Y lo hizo gracias a la iniciativa de Iván Lastro, un vecino que decidió que la alegría decembrina también podía navegar. Durante más de una semana trabajó con paciencia, creatividad y una dedicación casi artesanal para decorar su bote con luces, guirnaldas, muñecos y detalles que hoy lo convierten en un pequeño espectáculo flotante.
Su propósito nunca fue competir ni llamar la atención, sino regalar un momento de asombro a quienes se acercan al muelle o contemplan el atardecer en la bahía. Y lo consiguió. Cada noche, niños, jóvenes y adultos se detienen frente al mar para ver cómo la embarcación iluminada avanza suavemente, como si fuera una postal navideña que cobra vida sobre las olas.
Este 24 de diciembre, Iván celebrará una Nochebuena distinta: cenará con su familia a bordo del bote, rodeado del brillo que él mismo creó y del sonido del mar, que acompaña sus tradiciones desde siempre. Es su forma de agradecer por el año que termina y de compartir un gesto que, sin proponérselo, tocó a toda la comunidad.
En Caldera, la Navidad tiene ahora un resplandor nuevo, uno que flota, que se mueve con la marea y que recuerda que la magia puede aparecer donde menos se espera.
Para conocer más detalles de esta historia, lo invitamos a repasar el reportaje en el video que aparece en la portada.
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