POR Diana Vásquez | 29 de julio de 2025, 18:55 PM

En lo alto de Grifo Alto de Puriscal, entre caminos de montaña y paisajes serenos, se encuentra Salitrillos, una comunidad donde la fe es la esencia que une a sus habitantes.

Cada piedra, cada oración y cada acto solidario cuentan una historia profundamente marcada por el amor a la Virgen de los Ángeles, la patrona de Costa Rica. Fue en febrero de 1980 cuando los vecinos colocaron la primera piedra de lo que sería su capilla dedicada a La Negrita. Ese gesto simbólico dio origen a un sueño colectivo que, con el paso del tiempo, se convirtió en realidad.

Lo que comenzó como un pequeño espacio de oración fue creciendo gracias al esfuerzo incansable de sus habitantes. Con espíritu solidario, manos voluntarias y una devoción sin límites, los vecinos de Salitrillos edificaron un templo más amplio y digno.

Desde entonces, cada uno y dos de agosto, la comunidad se transforma en un lugar de encuentro espiritual. Cientos de peregrinos llegan al templo local en una romería cargada de promesas, agradecimientos y esperanza. La distancia no importa: el impulso nace del corazón.

Para los vecinos, agosto es mucho más que un mes en el calendario. Es el tiempo en que la fe se convierte en celebración, donde cantos, flores y velas encendidas expresan el profundo amor por la Virgen. Desde su altar, La Negrita resguarda con ternura a este pueblo que la honra con fervor día a día.

Reviva esta historia de fe y esfuerzo colectivo en el reportaje que aparece en la portada.

Lea también

MasQN

Esperaron 20 años y levantaron la iglesia para casarse donde siempre soñaron

Con ventas de comida, turnos y esfuerzo colectivo, una comunidad hizo realidad la promesa de amor de Milagro y Óscar.