POR Rubén McAdam | 22 de agosto de 2025, 18:55 PM

En el centro de Belén, Heredia, hay un pequeño local donde el olor a masa recién frita se mezcla con la sonrisa inconfundible de Lina Mesa, una mujer que ha hecho de las empanadas un camino de vida y superación.

Hoy la vemos atendiendo entre bromas y anécdotas, pero hace 18 años su historia era muy distinta. Llegó a Costa Rica desde Colombia en busca de un futuro mejor. Poco después, se convirtió en madre, y su hija pasó a ser la fuerza que la impulsó a salir adelante.

Con determinación, Lina encontró en la cocina su herramienta. Preparaba empanadas en casa y las vendía de puerta en puerta, de carro en carro, recorriendo las calles con esfuerzo y constancia. Así sostuvo a su familia durante años.

El tiempo trajo cambios: su hija creció y, con ella, su negocio también. Lina logró abrir un local en el corazón de Belén, donde conserva la misma pasión por cocinar y atender. Pero no se limitó al emprendimiento: estudió Producción Industrial, aprendió idiomas y se capacitó en aviación, la carrera que siempre soñó.

Hoy Lina es mucho más que una cocinera. Su historia es ejemplo de resiliencia y alegría, un recordatorio de que los sueños se cumplen cuando se amasan con paciencia, esfuerzo y corazón.

Lo que comenzó como ventas callejeras es ahora un proyecto de vida que reparte tanto empanadas crocantes como esperanza a cada persona que llega a su local.

Repase el reportaje completo que está disponible en el video de la portada de este artículo.

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