POR Daniel Jiménez | 3 de julio de 2022, 18:57 PM

¡Vive, vive, Cartago vive! Qué final... Al Cartaginés le gusta sufrir, pero también soñar... Tal y como lo hizo esta noche al derrotar 1-0 a Alajuelense en los minutos finales del juego de ida de la gran final.

Con las pulsaciones a mil, más de un aficionado con taquicardia y el grito de gol en cada uno de los rincones del Fello Meza. Así fue como la hinchada explotó en júbilo con la anotación de Jaikel Venegas en tiempo de reposición.

La larga espera de 81 años sin festejar un título nacional podría caer pronto. Cuando digo pronto me refiero a este miércoles a las 8 p. m. en el estadio Alejandro Morera Soto.

La final se juega con el cuchillo entre los dientes. A tope. Con las revoluciones al máximo. Eso en ocasiones hace que se caiga en la típica frase de "más corazón que fútbol". Aquí también hay que apuntar: qué ímpetu el de los brumosos. No se precipitaron y supieron golpear cuando su rival no podía levantarse.

Durante los 90 minutos hubo tensión, garra, pero también hay que decirlo: faltó fútbol... ¡Qué si faltó fútbol! En el juego prevalecieron las faltas y, por lo tanto, el compromiso estuvo ayuno de conducción de pelota, de acciones de vértigo y ocasiones claras de gol. Eso sí: todo esto quedó olvidado con el tanto blanquiazul.

Un poste de Michael Barrantes en el filo del primer tiempo fue la acción más trepidante del compromiso. Un zurdazo del volante hizo que todos los aficionados se levantaran en las gradas del Fello.

El juego fue parejo, igual que los dos recientes encuentros entre brumosos y rojinegros. El árbitro Keylor Herrera volvió hacer protagonista: sacó amarillas en unas infracciones y dejó de amonestar en otras. Además, perdonó al erizo Ian Smith de irse temprano a las regaderas. 

En las pizarras de los técnicos hubo cambios. Albert Rudé, estratega manudo, puso de titular al portero Miguel Ajú -sin mucho trabajo- y envió a la grada a Leonel Moreira.

Por su parte, Geiner Segura, timonel brumoso, hizo que Gabriel Vargas retomara a la zaga. 

Eso en la táctica, pero ya sobre el terreno de juego ningún jugador dio tregua. Todos metieron pata, algunos más de la cuenta, pero el árbitro siempre perdonó. 

Pocos futbolistas levantaron la mano para ser la figura del compromiso. Los de siempre fueron bien controlados: Marcel Hernández por la zaga manuda y Johan Venegas por la defensa blanquiazul.

El ambiente estuvo inmejorable. La afición cartaginesa abarrotó el Fello y se fusionó con los jugadores. Apoyaron hasta el final.

En los minutos finales el ¡Sí se puede!, se apoderó del público y valió la pena porque... ¡Sí se pudo! Ahora, el campeón nacional se coronará este miércoles a las 8 p. m. en el Morera Soto.

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