POR Deutsche Welle | 11 de diciembre de 2025, 7:30 AM

El documento que formaliza la visión de Trump sobre política exterior ha inquietado a muchas personas en Europa, que ven la última estrategia de seguridad nacional de EE. UU. como una declaración descarada de injerencia, cuyo objetivo es impulsar las perspectivas de la extrema derecha europea.

"Es un intento de intervenir en la política interna de Europa, socavar los procesos democráticos e impulsar a los partidos de extrema derecha”, comenta a DW Guntram Wolff, investigador principal del grupo de expertos Bruegel, con sede en Bruselas.

Los expertos afirman que la estrategia es mucho más que un reconocimiento de la coincidencia de opiniones en algunas cuestiones, como la inmigración, y que más bien alude a un plan más amplio: dividir a los 27 miembros de la Unión Europea según criterios ideológicos y debilitar al bloque para dominarlo.

Zsuzsanna Vegh, investigadora asociada del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR), explica a DW que debilitar a la UE como actor global beneficia a los intereses de la Administración estadounidense: "Una Europa dividida también sería más débil y más fácil de dominar en cuestiones comerciales”.

La visión del mundo MAGA suele coincidir con la de la extrema derecha europea, especialmente en lo que respecta a la inmigración procedente de países islámicos. Ahora, el documento de seguridad nacional de EE. UU. ha advertido de lo que considera un "borrado de la civilización” en Europa en las próximas dos décadas como consecuencia de la elevada inmigración y la baja natalidad.

El documento también acusa a la UE de censurar la libertad de expresión y reprimir a la oposición política, insinuando que la Ley de Servicios Digitales (DSA) de la UE está obstaculizando la libertad de expresión de los partidarios de extrema derecha y no, como afirma la UE, protegiendo a los ciudadanos de la desinformación en línea.

¿Qué espera conseguir Trump?

El documento afirma que la política general de Estados Unidos hacia Europa debe dar prioridad a "estimular la resistencia dentro de las naciones europeas al rumbo actual de Europa".

Vegh, del ECFR, subraya que la actual Administración estadounidense identifica socios políticos dentro de los países, en lugar de tratar con los Gobiernos democráticamente elegidos. Se trata de "una desviación de las relaciones diplomáticas clásicas, que buscan mantener buenas relaciones entre países. En su lugar, se da prioridad a los vínculos entre partidos y a la diplomacia partidista”, añade al respecto.

"En parte, la idea parece ser desafiar los principios democráticos liberales que sustentan y unen a la UE”, dice Vegh. "La Administración estadounidense se alía con la extrema derecha europea porque es quien desafía a la UE desde dentro”.

Por su parte, Wolff sostiene que Estados Unidos socava a la UE en beneficio propio y en detrimento de la seguridad y el bienestar económico europeos. "Las empresas europeas prosperan gracias a unas cadenas de valor globales profundamente integradas, lo que es posible gracias a la UE y a su mercado único”.

¿Podrá Trump impulsar a la extrema derecha en Europa?

Hasta ahora no está claro si la visión de la administración Trump se traducirá en un apoyo más tangible por parte de Estados Unidos, por ejemplo, en forma de financiación a la extrema derecha europea.

"Anteriormente, USAID concedía subvenciones a organizaciones de la sociedad civil que trabajaban para fortalecer la democracia en todo el mundo”, recuerda Vegh. "Ahora USAID ha desaparecido, pero la administración podría establecer nuevos canales para prestar apoyo a organizaciones vinculadas a sus aliados ideológicos en Europa, aunque esta colaboración aún no se ha materializado públicamente”.

Wolff advierte que mostrar públicamente unos lazos fuertes con Donald Trump puede llegar a ser contraproducente para la extrema derecha europea. "A medida que la gente vea más claramente que esta relación supone una amenaza evidente para la seguridad y la prosperidad europeas, podría fomentar una reacción contraria: puede llegar a pensarse que la extrema derecha socava los intereses fundamentales de Europa”, añade.

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