POR Christopher Camacho | 5 de octubre de 2016, 5:01 AM

Mery Martínez-Gil es la dueña de la voz y la guitarra que ayudan a morir a decenas de niños en el Hospital Centro de Cuidados Laguna en Madrid, España.

Su trabajo no es fácil, ella le ayuda a los infantes en fase terminal a descansar en paz gracias a sesiones de musicoterapia.

Pequeños en estado de coma, con enfermedades terminales o en estado crítico son el público que escucha todos los días a esta guitarrista y vocalista, diplomada en música y con estudios de musicoterapia.

Para Mery su labor es una de las más nobles que pudo escoger gracias a su carrera, y asegura que decidió ayudar a estos niños por encima de dar clases de música, crear una academia, tocar en una banda o hacerlo frente a gente que te va a aplaudir.

En declaraciones dadas al diario El Mundo de España asegura que su labor la llena de alegría al ver sonreír a un pequeño: "Muchos padres con niños en paliativos dejan de cuidarse, levantan muros muy altos a su alrededor. De repente, con la música, les ven sonreír y entonces cambian. Con la música hay un plus emocional que con la palabra a secas no existe".

A pesar de que su público se vuelve muy efímero, ella asegura que no siente dolor ni tristeza, ya que recuerda los buenos momentos que vivió con cada uno de estos pequeños.

"Me ha sucedido que paro de cantar o de tocar y un niño rompe a llorar y llama a su madre. Saben que se están muriendo y ven que van perdiendo sus fuerzas. Y al terminar la música te dicen: 'Tengo miedo'", relató.

Se estima que solo en España hay 6.000 niños que necesitan cuidados paliativos, de los cuales solo 1.000 reciben estos cuidados.