POR Deutsche Welle | 13 de febrero de 2022, 8:28 AM

Frank-Walter Steinmeier fue elegido este domingo para un segundo mandato de cinco años como presidente federal de Alemania en las elecciones de la Asamblea Federal celebradas en Berlín.

El político de 66 años logró una clara mayoría de 1045 votos, de un total de 1425 sufragios válidos. El segundo mandato de Steinmeier comienza el 18 de marzo.

El socialdemócrata se desempeñó dos veces como ministro de Relaciones Exteriores en el gabinete de Angela Merkel, retirándose de sus deberes como principal diplomático de Alemania para asumir el papel ceremonial como jefe de Estado en 2017.

En conjunto, la reelección de Steinmeier no es un mal resultado, según Uwe Jun, profesor de política de la Universidad de Tréveris. "La opinión general sobre Steinmeier es que ha desempeñado su papel de forma satisfactoria en su primer mandato", dijo Jun a DW. 

Ha habido tiempos más fáciles para ser presidente alemán, un cargo cuyo papel social como figura unificadora de la nación suele primar.

"El presidente tiene que representar a Alemania tanto a nivel interno como ante el mundo, y tiene que desempeñar un papel integrador", dijo Jun. "Esto último se ha vuelto más difícil porque la sociedad es cada vez más heterogénea y está más polarizada. Partes de la sociedad no quieren verse representadas por él".

Lea también

Internacional

Alemania cierra la era Merkel y abre el capítulo Scholz

Angela Merkel fue la primera mujer en dirigir Alemania. Gobernó durante 5.860 días, nueve menos que su mentor, Helmut Kohl.

Una función poderosa, pero solo en caso de crisis

El presidente alemán no es tan poderoso como sus homólogos internacionales, por ejemplo en Estados Unidos, Francia o Rusia. No dirige las fuerzas armadas, no puede poner en marcha leyes de emergencia ni decidir la disolución del parlamento.

Esta posición relativamente débil del cargo tiene sus raíces en la historia alemana. El presidente de la República de Weimar ejercía un poder considerable. Y en 1933, el anciano "Reichspräsident" Paul von Hindenburg fue persuadido de utilizarlo para allanar el camino del dictador nazi Adolf Hitler hacia el poder.

El propósito constitucional del presidente hoy en día solo se hace evidente en contadas ocasiones. Él (y hasta ahora siempre ha sido un él) representa a Alemania como jefe de Estado, pero no toma ninguna decisión ejecutiva o política. Pero tiene poderes constitucionales para intervenir como una especie de árbitro cuando hay un estancamiento político: es el presidente quien decide, por ejemplo, si el Bundestag debe ser disuelto si el canciller pierde una moción de censura. También tiene la facultad de vetar leyes si considera que violan la Constitución alemana.

Lea también

Deutsche Welle

Reino Unido y EE.UU. piden a sus ciudadanos abandonar Ucrania cuanto antes

Los gobiernos de ambos países ven una peligrosa escalada en la situación fronteriza entre Ucrania y Rusia. Washington y gobiernos europeos acordaron una ola de sanciones si llega a ocurrir una invasión.