POR Ignacio Santos | 29 de mayo de 2018, 12:15 PM

Permítanme un par de minutos citar una serie de hechos que en menos de dos semanas todos hemos conocido sobre la campaña del Partido Restauración Nacional.

Son hechos puros y simples, sin ninguna valoración. 

Quiero enumerarlos y terminar con una pregunta que probablemente también usted se hace.

Algunos de estos hechos le han parado los pelos, para utilizar la frase del mismo presidente del Partido Restauración Nacional, y lo han motivado a pedir que intervenga el Tribunal Supremo de Elecciones, por considerar que se han podido cometer serios delitos electorales.

Comencemos con los hechos.

Servicios ad honorem que se convierten a la vuelta de dos meses en cobros de casi 200 millones de colones.

Posibles donaciones ilegales de sociedades anónimas, pagos a encuestadoras que nadie conocía y por las que hoy nadie responde.

Además de cobros de cientos de millones de colones acordados en conversaciones de pasillo y de los que no existe ni una servilleta firmada. 

Acusaciones de estructuras paralelas que actuaban al margen de las leyes electorales y cuantiosos cobros de familiares de altos dirigentes del partido. En el caso del propio candidato por asesorías periodísticas.

Pagos que según el propio presidente de Restauración Nacional nunca pasaron por el tamiz de la legalidad, para citar sus propias palabras.

Estos son los principales hechos, conocidos hasta hoy, del partido que se presentaba como el de “las manos limpias”.

La pregunta que me hago, una pregunta retórica, que seguramente usted también se hace es: ¿qué habría pasado si estos señores ganan las elecciones y hoy fueran Gobierno?