POR Deutsche Welle | 5 de diciembre de 2025, 17:00 PM

El presidente estadounidense, Donald Trump, ya había anunciado a finales de noviembre medidas drásticas contra la inmigración. Entretanto, las primeras ya han entrado en vigor.

En un primer momento, su Gobierno suspendió provisionalmente todos los procedimientos de asilo: “Hasta que podamos garantizar que todos los extranjeros sean investigados y controlados de la forma más exhaustiva posible”, comunicó el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS).

Entretanto, se han impuesto nuevas restricciones a los ciudadanos de 19 países. Estas incluyen prohibiciones de entrada y la suspensión de todas las solicitudes de inmigración o naturalización. También se ha suspendido la concesión de permisos de residencia y trabajo permanentes, la tarjeta verde o Green Card, a las personas de las nacionalidades en cuestión.

Y por si fuera poco, el jefe de la autoridad, Joseph Edlow, ordenó, según sus propias declaraciones, “una revisión exhaustiva y estricta de todas las tarjetas verdes de los extranjeros de los países afectados”, es decir, también de los titulares de permisos de residencia ya concedidos.

¿Por qué da este paso el Gobierno estadounidense?

El trasfondo actual es el atentado contra dos guardias nacionales en Washington, ocurrido el miércoles de la semana pasada (26.11.2025). Los afectados resultaron gravemente heridos por disparos, y posteriormente, una de las víctimas falleció.

El presunto agresor, un afgano de 29 años, fue detenido y acusado de asesinato. Según los medios de comunicación, el victimario entró a Estados Unidos en 2021; anteriormente había trabajado en su país natal para la CIA, el servicio secreto estadounidense, y otras agencias gubernamentales estadounidenses.

En general, la actuación de la Administración Trump se inscribe en una política de asilo y migración cada vez más rígida. Así, el presidente estadounidense afirmó que el presunto agresor había entrado en el país “sin ser investigado” durante el mandato de su predecesor demócrata. Sin embargo, el propio Ministerio de Justicia de Trump lo contradijo, señalando que, el hombre había sido sometido en su momento a un exhaustivo control de seguridad por parte del Ministerio de Seguridad Nacional y la Policía Federal, y se lo había considerado “sin antecedentes”.

¿Qué países se ven afectados?

La suspensión de la inmigración se aplica a ciudadanos de varios países de tres continentes. Además de Afganistán, en Asia también se ven afectados Yemen, Irán, Turkmenistán, Myanmar y Laos, mientras que en América Latina se aplica a Cuba, Haití y Venezuela. No obstante, la mayoría de los países sancionados se encuentran en África: Libia, Chad, Sudán, Eritrea, Somalia, Sierra Leona, Togo, Guinea Ecuatorial, la República del Congo y Burundi.

Se trata de los mismos 19 países a los que el Gobierno estadounidense ya impuso prohibiciones de entrada en junio de 2025. Estas restricciones se han endurecido ahora aún más.

En Estados Unidos, esas naciones se consideran “países de alto riesgo” porque, según las propias autoridades estadounidenses, no reciben información suficientemente fiable sobre sus ciudadanos para poder llevar a cabo controles de seguridad. Además, muchos de los países afectados no han cooperado suficientemente en la repatriación de personas obligadas a abandonar el país.

¿Qué consecuencias tiene para los afectados?

Todos los procedimientos para la obtención de la tarjeta verde, naturalizaciones y procedimientos de asilo quedan suspendidos por el momento. Las personas afectadas no pueden continuar con sus solicitudes, incluso si ya estaban en trámite. Es más, los titulares de una Green Card podrían perderla tras una nueva comprobación de seguridad. En el peor de los casos, se enfrentarían a la expulsión a sus países de origen.

Dado que actualmente todas las solicitudes de asilo están en suspenso, los refugiados de guerra y los perseguidos políticos de todo el mundo no pueden encontrar un refugio seguro en Estados Unidos. Además, la reunificación de las familias afectadas se ve enormemente dificultada o incluso impedida por tiempo indefinido.

Pero también la economía estadounidense podría verse afectada negativamente, porque la suspensión también afecta a sectores que dependen en gran medida de la mano de obra extranjera.

Los diputados demócratas y las organizaciones de derechos humanos critican duramente estas medidas. “Este cambio radical no tiene que ver con la seguridad. Se trata de convertir a nacionalidades enteras en chivos expiatorios para justificar medidas discriminatorias”, declaró Tanya Greene, directora del programa estadounidense de Human Rights Watch.

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