POR Mariana Barboza | 2 de marzo de 2017, 5:45 AM

Costa Rica es pionera del voleibol sentado, una disciplina paralímpica que además de logros llena de entusiasmo a muchos atletas.

Los que practican este deporte perdieron sus brazos y piernas en accidentes de tránsito o por una enfermedad como el cáncer.

Todos dijeron no al sedentarismo, decidieron seguir adelante y se unieron a equipos de voleibol sentado.

Y así lo hace Carlos Castro quien vive y disfruta lo que tiene. El tornillo de un camión le trituró el pie, hoy es el capitán de la selección tica de voleibol sentado, deporte paralímpico que ha llevado Costa Rica a los juegos de Río, Toronto, Guadalajara y Mar del Plata.

Aunque hacen falta, en este deporte también hay mujeres.

En esta variante para atletas con discapacidad la net se coloca a un metro 15 centímetros de altura.

En Costa Rica hay 5 equipos de voleibol sentado: en Alajuela, San José, Desamparados, Poás y San Ramón.

A los jugadores les sobran ganas, pero como en otros deportes tienen obstáculos como la falta de apoyo económico y lugares donde practicar el voleibol sentado.

A pesar de esto Costa Rica es pionera en la región en esta disciplina, tanto así que el entrenador de la selección de Estados Unidos visitó el país para impartir un curso.

Además de la oportunidad de practicar deporte, los atletas reconocen que aquí también encuentran una familia.

No hay duda que estos atletas van más allá del límite de sus capacidades.

Con entusiasmo y sacrificio disfrutan el voleibol sentado y esperan más oportunidades para representar al país.