POR Sergio Arce | 3 de julio de 2016, 2:00 AM

Un estudio realizado en Costa Rica encontró que las hormigas guerreras que viven en la montaña utilizan el calor de sus cuerpos para aumentar la temperatura del nido como una forma para garantizar la supervivencia de sus crías.

Estas hormigas son capaces de aumentar en hasta 13 grados Fahrenheit la temperatura del nido con respecrto a la temperatura de la superficie.

El estudio se publicó hace poco en la revista Insectos Sociaux  y fue realizado por investigadores de la universidad de Drexel, en Pensilvania, Estados Unidos.

De la especie de las hormigas guerras, los científicos de Drexter estudiaron las nómadas Labidus praedator, que están presentes en México, Centroamérica y algunos países de Suramérica.

La investigación

Los investigadores rastrearon tres nidos diferentes -conocidos como vivacs- que se encontraron en altitudes variadas, que iban desde los 950 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m) hasta los 1.565 m.s.n.m.

De acuerdo con los resultados, estas hormigas elevan la temperatura con sus cuerpos lo más juntos posible para garantizar la supervivencia de sus crías. 

Pero también encontraron que planifican cuidadosamente bien sus ciclos de vida; por ejemplo, cuando los huevos incubados se convierten en larvas y después en pupas, la colonia permanece en un solo lugar durante semanas justo antes de que se conviertan en adultas.

"Como es el caso para la mayoría de los insectos, la temperatura del nido es determinante en el tiempo requerido para cada huevo que eclosionó hasta llegar a la edad adulta ", escribió en el estudio Kaitlin Baudier, estudiante que se asoció con el profesor Sean O'Donnell para realizar el estudio.

La investigación -que no especifica el sitio donde se realizó el trabajo de campo- halló que bajo tierra las temperaturas en condiciones normales eran solo de alrededor 1 grado Fahrenheit más alta que la superficie, pero al establecer el comportamiento de las hormigas L. praedator de Costa Rica la temperatura se elevó hasta en 13 grados.

En nuestro país se han encontrado hormigas coecus Labidus en hasta los 3.000 m.s.n.m. En el caso de las L. praedator se determinó que su techo son los 1.750 m.s.n.m.

La conclusión es que a mayor altura, las hormigas gastan más energía para mantener sus nidos cálidos y garantizar la vida de sus crías.

En el 2013 investigadores de la universidad de Utah hallaron nuevas especies en Costa Rica, entre ellas una llamada Eurhopalothix xibalba, nombrada así en honor a la mitología maya. En el mundo hay identificadas cerca de 15.000 especies de hormigas.