POR Luanna Orjuela Murcia | 24 de septiembre de 2021, 15:21 PM

Un niño de ocho años, quien no presentaba factores de riesgo, murió en el Hospital de Niños por causas relacionadas con el COVID-19. 

El caso, reportado este viernes por las autoridades, generó inquietud y muchas dudas entre los padres de familia. ¿Por qué un paciente “sano” murió tan solo seis horas después de ser internado?, ¿qué provocó que se agravara aceleradamente?

Teletica.com conversó con la viróloga de la Universidad de Costa Rica, Eugenia Corrales, el doctor Álvaro Avilés, jefe de Infectología del Hospital México, y con el pediatra Walter Piedra.

"Defecto en el sistema inmune"​

Según Eugenia Corrales, viróloga de la Universidad de Costa Rica, es muy probable que este menor tuviera un factor predisponente en el sistema inmune, no conocido con anterioridad, lo que pudo precipitar su muerte.

"Llama mucho la atención, un niño sano que sucumbe a la enfermedad. Esto sucede en enfermedades infecciosas porque, tal vez, tienen un factor predisponente en el sistema inmune que no se conoce muy bien. A pesar de ser poco común, sucede" comentó Corrales.

Además, brindó un ejemplo de casos similares, detectados tras una infección por herpes. 

"Se ha visto, en estudios de genética inmune, que niños tienen un defecto en un factor específico del sistema inmune y, si no hubieran tenido herpes, no se hubieran dado cuenta", aseguró.

La viróloga considera que aumentarán los cuadros pediátricos porque hay más contagios de COVID-19 "de manera descontrolada".

El riesgo "nunca fue cero y algunos podrían sucumbir al virus o tener repercusiones a largo plazo como el COVID-19 prolongado o el famoso PIMS (Síndrome Inflamatorio Multisistémico)", concluyó Corrales.

"Defecto genético"

El doctor Álvaro Avilés, jefe de Infectología del Hospital México, concuerda en que un defecto genético pudo haber acelerado las complicaciones por el virus.

"La diferencia no es del virus como tal, sino la persona que sufre la infección, esta es la que determina la dirección, sino la magnitud de la respuesta y eso está genéticamente definido", aseguró el infectólogo.

Por otro lado, el médico considera que lo ideal sería partir de que el paciente era un niño conocido como "no enfermo", porque para decir que una persona es "sana" deben existir evidencias científicamente comprobables.

"Lo que presupones es que hay condiciones que pueden ser como catapultas para que un fenómeno se precipite de esta manera tan voraz y no pudimos conocerlas a tiempo", agregó.

El especialista cree, entonces, que una condición oculta del menor de ocho años pudo desencadenar la tragedia tan rápidamente.

"Quién sabe si este pequeñito tenía una condición que estaba esperando a que botaran la primera pieza de dominó para que todas las demás cayeran de una forma indetenible: algo que hubiera precipitado una respuesta inflamatoria masiva tan violenta, que no dio tiempo para hacer nada, por lo general la respuesta inflamatoria, aunque sea violenta, es paulatina y le da el reconocimiento de algún grado de intervención", concluyó Avilés.

¿Hay forma de saber qué niño "sano" puede sucumbir al virus de esa forma?

"No podemos pronosticar, no hay un examen que podemos hacer y, ante esta situación, sigue siendo importante la vacunación. Ya se ha hablado de vacunación de niños desde los dos años y uno tendría el deseo de que se haga acá, pero dependemos de lo que las autoridades de Salud digan. El llamado sería a dos cosas: a que acudan a la vacunación y a que sigan las medidas de prevención", comentó el doctor Walter Piedra, pediatra de Salud 360.

"Hace pocos meses pensábamos que niños no se afectaban mucho por el virus, pero ahora vemos, con las nuevas variantes del virus, que los niños efectivamente sí se afectan y que esas afecciones pueden ser fulminantes, como este caso", finalizó el especialista.

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