POR Berny Jiménez | 17 de diciembre de 2025, 12:00 PM

Casarse gratis en Costa Rica parece uno de esos mitos urbanos que prosperan en la fila del banco o en las conversaciones de almuerzo. Pero existe, y Andrés y Angelina son prueba viviente: se dieron el sí en la Unidad de Matrimonios del Registro Civil, una pequeña sala dentro del Tribunal Supremo de Elecciones donde el amor no paga impuestos.

“Quisimos darnos el sí con las personas que necesitamos, nadie más”, contó Angelina Rodríguez, 31 años, mientras sostenía a su hijo de dos, que entró al salón como si también fuera a casarse.

Desde que abrió en octubre pasado, la unidad contabiliza 5.181 uniones, una cifra que habría sorprendido incluso a los técnicos que adaptaron las instalaciones para convertir un trámite burocrático en una ceremonia íntima. En un país donde más de 22.000 personas se casaron el último año, las bodas católicas retroceden silenciosamente: cuestan cerca de 20.000 colones entre documentos y ceremonia. Las notariales, por su parte, superan los 150.000 colones. Frente a eso, la alternativa del TSE tiene la dulzura de lo improbable: es gratuita.

Y quizá por eso la lista de espera empieza temprano, como los cuentos que empiezan sin anuncio y se resuelven sin estridencias. Cada día se habilitan diez cupos, una cifra que obliga a planear con la misma anticipación con que se elige vestido, traje o testigos. Lo demás es sencillo: cumplir requisitos, llegar puntuales y dejar que un funcionario del Estado haga lo que antes hacía un sacerdote o un notario. No hay música ni alfombra, pero hay algo más difícil de encontrar: un espacio pensado para empezar una vida sin endeudarse en el intento.

Para quienes quieran sumarse a esta tendencia creciente, el TSE publica todos los requisitos en su sitio web. La ruta es corta, el trámite es claro y el costo es cero. 

Si desea ver cómo funcionan estas bodas por dentro, repase el reportaje en el video que aparece en la portada del artículo.

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