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Con qué prevenir la exclusión juvenil
Los factores de riesgo que pueden terminar provocando el abandono de los centros educativos son muchos.
Los factores de riesgo que pueden terminar provocando el abandono de los centros educativos son muchos.
Estos riesgos se pueden concretar en la exclusión, con todas sus consecuencias que limitan y dañan las oportunidades. De hecho se concretan con harta frecuencia por lo que es indispensable reducirlos y tener un arsenal para combatirlos.
El Estado de la Educación analiza estos riesgos. Entre ellos la vulnerabilidad económica, el costo de atrasar la generación de ingreso por mantenerse en secundaria, la sobreedad y la repitencia, el bajo clima educativo y situaciones en el hogar, la violencia, la distancia al colegio y circunstancias sociales y familiares.
Afortunadamente el país ha desarrollado esfuerzo desde hace muchos años por retener a sus menores en las aulas. Así, desde ahora los jóvenes ya tienen casi un año más de escolaridad (años aprobados) que los adultos mayores de 24 años. El contraste es notable: 47% de la población adulta se quedó con primaria completa o menos; entre los jóvenes solo el 17% se quedaron con este nivel. Actualmente, casi un 60% de estos jóvenes están cursando estudios.
Algunas de las consecuencias de la exclusión son muy graves: enfrentan un mayor desempleo y si encuentran empleo lo tendrán de menor calidad, con menores reconocimiento de derechos y con remuneraciones menores que si concluyeran secundaria en alrededor de un 30%, sus condiciones de trabajo son de informalidad. El caldo de cultivo de la violencia delictiva se vuelve más espeso y nutritivo bajo condiciones de exclusión educativa, aunque la violencia y otros graves problemas no dejen de estar en las aulas, o asechando en las puertas del cole..
Es por esto que resulta encomiable encontrar esfuerzos de voluntariado para enfrentar el asunto de la exclusión. La Fundación Acción Joven (FAC) escoge desarrollar su trabajo en colegios y lugares con problemas mayores. Pero además es muy notable que lo haya logrado hacer de manera sostenida y sostenible desde hace 10 años.
Ellos se presentan así: Somos una fundación privada sin fines de lucro creada en el 2006 para prevenir la exclusión estudiantil nacional. Mediante nuestro Modelo Integral de Prevención de la Exclusión Estudiantil, empoderamos a los centros educativos como núcleos de esperanza para jóvenes en comunidades que enfrentan contextos adversos; y brindamos oportunidades de superación, al mejorar su perfil de empleabilidad y visión de emprendedurismo.
Lo interesante es que desde el 2006 han atendido a más de 20.000 estudiantes y a más de 1.500 docentes/administrativos de distintas partes del país. Además ha coordinado la participación de alrededor de 600 estudiantes de Trabajo Comunal Universitario de 15 universidades, tanto públicas como privadas y la participación de más de 20 empresas en el programa de empleabilidad, ofreciendo charlas, pasantías y giras vocacionales. Durante el 2015 trabajaron en 103 colegios en las 7 provincias, impactando a 4.322 jóvenes, 410 profesores y más de 90 TCU’s y voluntarios.
Tras 10 años de trabajo ya recogen sus frutos y reconocimientos: en una encuesta realizada en el 2013, 88.54% del estudiantado afirmó que el trabajo de Acción Joven les ha dejado un gran beneficio en sus vidas; el 87.40% de la comunidad docente y administrativa expresó que la FAJ ha logrado cumplir su misión y ser un facilitador esencial para fortalecer el trabajo de ellos.
Felicitaciones, pues.
