POR Gabriela Jiménez | 24 de octubre de 2025, 10:15 AM

Si algo es imperdonable, es visitar Puerto Viejo y no ver el amanecer.

En esta ocasión decidimos hacerlo de una forma diferente: tomando una tabla, un remo y adentrándonos en el mar para practicar paddle board.

La travesía comenzó a las 4:30 de la madrugada, en el río Ernesto, un lugar rodeado de naturaleza donde la quietud solo se interrumpe por el sonido del agua. El recorrido nos llevó por un manglar en el que pudimos observar tortugas antes de conectar con el mar abierto.

Al llegar a Playa Punta Uva, la escena era de postal: el clima cálido, el cielo teñido de tonos dorados y el agua tan cristalina que desde la tabla podían verse los corales bajo nuestros pies.

Uno de los momentos más impactantes del recorrido fue al pasar por una cueva natural ubicada bajo un mirador muy conocido en la zona. La luz del amanecer se filtraba entre las rocas creando un juego de reflejos que parecía una ventana al mar, una experiencia casi mágica.

Cada amanecer en el Caribe es distinto, pero hacerlo sobre una tabla convierte el momento en algo más profundo: una invitación a vivir el presente, a agradecer y dejar que el mar haga el resto.

Puede repasar el reportaje completo en el video que está en la portada.

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