POR Walter Campos Moraga | 24 de septiembre de 2025, 15:45 PM

Con todas sus imperfecciones, Costa Rica eligió un rumbo distinto al de muchos países: priorizar la educación como base de su desarrollo. En esa decisión histórica aparece la figura de Luis Dobles Segreda, escritor y político que cargó gran parte de la responsabilidad de moldear lo que somos hoy como nación.

Dobles Segreda se destacó como uno de los principales literatos de inicios del siglo XX, con una obra que retrata la vida y los paisajes de la Costa Rica de esa época. En 1918, publicó Por el amor de Dios, su primera obra, y más adelante continuó con escritos que evocaban la nostalgia herediana y el espíritu bucólico del país en transformación.

Pero su aporte no se limitó a las letras. Como ministro de Educación, durante la administración de Ricardo Jiménez Oreamuno, impulsó un proyecto claro: elevar la cultura y la formación integral de los costarricenses. Bajo su gestión se fortaleció la cobertura educativa, garantizando que niños y jóvenes aprendieran a leer y escribir, y se promoviera una visión de progreso nacional (ver video adjunto).

Su compromiso con el país también se reflejó en la política. En 1949 integró la Asamblea Constituyente que dio vida a la Constitución que aún nos rige, siendo parte de un grupo selecto de hombres que marcaron la transición hacia una nueva etapa de la historia republicana.

Luis Dobles Segreda falleció en 1956, pero su legado permanece. Tanto en sus escritos como en sus aportes a la educación y a la vida institucional, su nombre sigue siendo referencia indispensable para comprender el pasado y el presente de Costa Rica.

Lea también

Cultura

Ofelia Gamboa: la coligallera de las letras que marcó la identidad de Guanacaste

Su legado trasciende generaciones: es recordada como una mujer visionaria que enseñó a su pueblo y al país a nunca olvidar de dónde venimos.