En la NBA moderna la altura cada vez es menos importante
La NBA está llena de jugadores talentosos que no han sido encasillados por su tamaño.
Durante mucho tiempo la receta para construir un equipo de baloncesto ha sido muy clara.
Se necesita un distribuidor, el jugador más pequeño del equipo, capaz de pasar el balón y tirar cuando fuera necesario. El escolta o shooting guard tiende a ser un jugador que mide cerca de dos metros, tipo Michael Jordan.
El small foward o alero suelen medir entre 2 metros y 2.06, jugadores versátiles, con un tiro decente y capacidad defensiva. Pensemos en Larry Bird.
El ala pívot o power forward llega a medir hasta los 2.10 metros, rebotadores y capaces de defender la pintura. Tim Duncan es un claro ejemplo.
Finalmente tenemos el centro, por mucho tiempo rey del baloncesto. Por encima de los 2.10 metros estos gigantes como Shaquille O’neal, Bill Russell o Hakeem Olajuwon dominaron el juego.
Al ver las alineaciones titulares de algunos de los equipos más emocionantes de la temporada 2017 de la NBA nos encontramos que la altura ha perdido importancia, dándole campo a la versatilidad, a jugadores más rápidos y con capacidad de jugar un estilo que cada vez se enmarca menos en posiciones.
En el 2002 los Lakers fueron campeones con una titular formada por Ron Harper, que con 1.98 era un escolta convertido en distribuidor, Kobe Bryant como 2 (1.98 metros), Glen Rice de small foward (2.01 metros), AC Green de cuatro (2.06 metros) y Shaq en el centro (2.16 metros).
Este año la titular de los Golden State Warriors mide entre los 1.90 metros de Stephen Curry y los 2.11 de Zaza Pachulia, que al salir, y entrar Andre Igoudala de 1.98 metros, deja a Kevin Durant de solo 2.09 metros como la torre del equipo.
Pero más allá de las alturas las funciones de los jugadores han mutado.
La alineación más utilizada por Steve Kerr tiene a Curry como distribuidor, con Klay Thompson de shooting guard (2.01 metros), Igoudala de alero, Draymond Green (2.01 metros) en el ala pívot y KD como centro.
Pero en el esquema estas denominaciones no se sostienen.
Green y Durant son los encargados de iniciar la ofensiva, Curry es un distribuidor que se ha convertido en uno de los mejores tiradores de la historia, haciendo de su buen pase una habilidad complementaria.
Klay Thompson es un tirador de primera categoría y junto a Green y KD los encargados de marcar a los mejores contrarios, mientras que Igoudala es capaz de hacerlo todo, marcar jugadores más rápidos, jugadores más grandes, distribuir el balón y anotar.
En este video podemos ver a Green en varias ocasiones ser el distribuidor. Se observa a KD, Curry y Thompson poner pantallas, cortar, pasar y tirar.
En la NBA moderna es difícil surgir si no se tiene un juego completo, más allá de habilidades específicas.
Si el distribuidor no puede tirar de afuera se ahoga en las zonas, si los jugadores altos no pueden marcar de distancia las marcas dobles le hacen imposible el juego de espalda.
Esta es la receta en la que otros equipos como los Milwaukee Bucks y los Philadelphia 76ers se han formado, con jugadores de habilidades diversas, sin importar su tamaño.
Giannis Antetokounmpo con 2.11 metros de altura es el distribuidor en los Bucks, Joel Embiid es un centro de 2.13 que tira de tres y pasa el balón como un distribuidor para los Sixers y lo acompaña en la duela Ben Simmons, el novato ambidiestro de 2.08 metros que es uno de los bases más emocionantes de la liga.
La NBA está llena de jugadores talentosos que no han sido encasillados por su tamaño.
El año pasado Isaiah Thomas con solo 175 centímetros de altura fue el segundo mejor anotador de la liga, mientras que este año el mejor asistido es un shooting guard que juega de distribuidor, mide 1.96 metros y es James Harden.
Este juego sin posiciones marcadas por tamaños y habilidades ha hecho que el juego cambie y parezca un deporte diferente al que se jugaba a inicios de siglo.
Datos y estadísticas tomados de www.basketball-reference.com
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