22 de abril de 2022, 9:25 AM

Rogelio Benavides Rivas/Editor/[email protected]
 

Cumpleañeros

Saludo especial para Andrea Montero, María Fernanda Torres, Ana Ross Góngora, Willian Mora, Johanna Elizondo y mi nieta Valentina Sáenz Guzmán, quienes celebran la fecha de su natalicio este viernes 22 de abril. Otros cumpleañeros de la semana son Christian Sánchez (cumple el 24 de abril), Davy González Jaen (24), Katherine Robinson Hines (25), el doctor Luis Kaver (25), la licenciada Adriana Cordero (25), la Chita Gabriela Villalobos (26), Bernal Vargas Araya (26), José Israel Matamoros (26), Sandra Piszk (26), Yiyi Bolaños (26), Andrea Jiménez Viales (27), Karla Bermúdez (27), Fernanda Campos (27), Carlos Villanueva (27), Andrés Vargas García (27), María Antonieta Córdoba Solano (27), Leonardo Cordero (27) y mi buen amigo Paul André Tinoco (27) de VM Latino. Felicidades a todos.
 
Kaver, el doctor de las sonrisas

Como les decía, este 25 de abril celebra su cumpleaños el doctor Luis Kaver Fastag, gran profesional de la odontología cosmética. Este cumpleañero está más que satisfecho por haberle reconstruido o devuelto la sonrisa a muchos de los famosos de nuestra televisión y de la farándula en general. Por su Clínica Restaurativa y Estética Dental han pasado también muchos empresarios y políticos que han confiado en la odontología cosmética para mejorar su imagen. Kaver, lejos de acomodarse en la fama que le puede deparar el trabajo realizado, sigue estudiando, preparándose, adquiriendo nuevos equipos, tecnología de punta, y confiando en un grupo profesional que lo respalda. Las sonrisas de Kaver la vemos todos los días en televisión, iluminando los rostros de los personajes más conocidos y más sobresalientes. Todas las reinas de belleza también han puesto su sonrisa en las manos de Kaver. Pero, no sólo famosos se realizan tratamientos estéticos, por el contrario, la gran mayoría son personas de bajo perfil que desean mejorar su apariencia. A quienes se realizan este tipo de trabajos les mejora el aspecto y la proyección de su rostro, pero también su autoestima ya que al tener una bella sonrisa se sienten mejor y más seguros. Gracias Luis Kaver porque darnos tantas sonrisas buenas.

Victoria Watsson 

El pasado lunes 12 de abril celebró su primera decena de años la encantadora Victoria Wattson, hija de mis buenos amigos Ernesto Wattson y la bella Andreina. A esta pequeña marciana la conocí hace poco más de un año en el hotel Los Altos, en Manuel Antonio, Quepos, en compañía de su familia. Desde el primer momento me llamó la atención su belleza, su simpatía y su bonita sonrisa. Ella es muy comunicativa e inteligente. Espero que la haya pasado muy muy bien en compañía de sus padres, de su hermano y de su abuelo Antonio Luis Angulo de la Pava —todo un personaje—, pero de él hablaremos después. Nació esta marciana, en Aries, el primer signo del Zodíaco. Su nombre viene del latín que significa Victoriosa. Vamos bien, muy bien. Dice el especialista Emilio Salas, que las que llevan el nombre Victoria son encantadoras, femeninas, sensibles, intuitivas, imaginativas y con facilidad de expresión y comunicación. Victoria es sensible, emotiva, afectuosa, independiente, aunque también desconfiada y prudente. Las de nombre Victoria tienen la posibilidad de convertir en realidad sus aspiraciones, ya se centren en un ideal elevado o en una ambición material o social. Más de cuarenta santas, bienaventuradas, honraron este nombre, muy popular en los primeros siglos de la historia. Casi olvidado durante la Edad Media, inició su retorno con la Revolución Francesa y se extendió por toda Europa. En el Siglo XIX, con la exaltación del patriotismo, Victoria proliferó por doquier. Dice el zodíaco que a las nacidas en Aries les encanta que las halaguen, pero con sinceridad. Hay que decirles que las admiramos, pero sin ser demasiados floridos o melosos. Son sentimentales. Su amor es directo, como su forma de hablar y de actuar. No se diga más. Desde los más profundo de mi corazón, espero que Victoria sea siempre muy feliz, que disfrute el momento, que viva intensamente esta etapa tan bonita de su vida, para que lo que venga sea siempre mejor.


Ernesto y su hija Victoria Watsson.

 
La Chacarita en su arena 

Nancy Dobles, mi querida Chacarita, se fue esta Semana Santa a descansar con Ignacio Santos a las orillas del Pacífico Central. Allá la vimos el Jueves Santo en Esterillos Oeste con su inseparable Benny; fue el primer viaje a la playa y la primera revolcada en la arena para este perruno que tiene como locos a tan simpáticos amigos. Nancy saludó a todos los que la reconocieron, se tomó fotos con el comité local de la Cruz Roja, que estaban pendientes en la playa para atender cualquier emergencia. Todos quedaron satisfechos y sorprendidos con la amabilidad de la pareja Santos Dobles.

Nancy Dobles con Benny SD y con el famoso Bolandi, el guardavidas e instructor de surf de Esterillos Oeste.

Grata visita
 
El pasado martes 12 de abril del 2022, tuve la alegría de recibir en Estación Atocha Don Bosco a mis amigos los expresidentes de la República Rafael Ángel Calderón Fournier y Miguel Ángel Rodríguez Echeverría con sus esposas Gloria Bejarano y Lorena Clare. Pasaron un momento muy ameno y probaron jamón serrano, queso manchego, paella y arroz negro; de postre, pidieron la inigualable crema catalana. También llevaron empanadas de chiverre, recién hechas por María Fernanda Molina, de Cafetería Momo. Gracias a estos buenos amigos por darnos tan agradable sorpresa y por permitirnos disfrutar un momento único. Mi admiración y mi respeto para siempre. Gracias por la generosidad y solidaridad, tan necesarias en estos tiempos difíciles que corren, debemos apoyarnos entre todos, como lo hicieron ellos. Mi esposa Lilliana Mora y yo esperamos que vuelvan con más frecuencia.

Miguel Ángel Rodríguez, Lorena Clare, la periodista Lilliana Mora, Gloria Bejarano y Rafael Ángel Calderón Fournier.


Joven líder de Esterillos Oeste

En mis vacaciones de Semana Santa en Esterillos Oeste, cantón de Parrita, tuve la oportunidad de conocer a Brayan Salazar León, un joven dirigente comunal, quien da sus primeros pasos en la política y es un aventajado estudiante de Derecho. Fue un placer conversar con él. Dice Brayan: “Esterillos Oeste es un pueblo de mar, pintoresco, el cual ha sido refugio de un sinfín de costarricenses y extranjeros. Si contara las huellas que en la playa han dejado, se me iría la vida y no termino de contarlas, mejor agradezco como enamorado de mi pueblo, a toda esa gente que dice: “Esterillos Oeste, donde está la sirena... con aprecio y gratos recuerdos. De todo, lo más valioso es el cariño que ellos le tienen a mi pueblo, a mi playa, a mi mar... cariño que les trae una y otra vez, así como una y otra vez, tendremos mucho que platicar y por medio de su mar de sabiduría, conocer más del mundo, conocer más de la esencia de la gente que habita en la amabilidad, con la energía de la bondad, de la paz, la gente a la cual soy adicto, porque siempre crezco, por mi sed de saber, saber para alimentar mis convicciones, convicciones para aportarle al mundo mi grano de arena, en la construcción de un mejor mundo, donde la gente sea más amiga y menos distante. Esterillos Oeste espera siempre a amigos como don Rogelio Benavides, como a su esposa, su familia y allegados. Este pueblo es para el mundo entero, de alguna manera en esta playa nos acomodamos todos y disfrutamos del viejo mar que, para esta playa, se lució el Señor, donde creó, Dios después de largas horas de trabajo en el cielo, lo hizo tan bello, para venir y darse un baño, creo esta es la playa de Dios, por tan bella que Él la hizo y cómo no compartirla con aquellos que a ella quieran venir.
Rogelio Benavides y Brayan Salazar.

Como cada 20 de abril

Hay una historia buenísima de la periodista Yuri Lorena Jiménez Gómez, conocida en algunos ámbitos como La Guerrillera del Sexo. El cuento se lo he escuchado varias veces y también lo incorporó en su monólogo de Caperucita Feroz, que por cierto no ha vuelto a regresar a la escena. Yuri escribió hace cinco años el siguiente texto: “Recién caigo en cuenta de que llevo más de la mitad de mi vida acordándome indefectiblemente, cada 20 de abril, de un amor del pasado (uno de tantos, especial en su momento, como todos, es decir, uno más, a ver, no del montón, pero sí, igual que siempre... bueno diay un amor ahí del pasado)... yo apenas pasaba los 18, venía llegando de Turri y lo conocí en mi primer trabajo aquí en San José, como recepcionista... ¡y no ven que me voy enamorando de uno de los manes que alquilaba una de las oficinas. (A todo esto, me había venido para Chepe llorando sangre por un amor que dejé en Turri y han de creer que en par de meses se me pasó, como la ranilla). La cosa es que el tonto (dicho sea con todo cariño, como les decimos en el campo a los muchachos), el tonto tenía un hobby, era locutor por horas en las noches en una emisora súper conocida del momento, entonces me llamaba por teléfono y me decía “Vea mi amorsh, la canción que sigue va dedicada a usted, letra por letra”, y yo solo mates, poniendo el equipillo a todo volumen y extasiada haciendo dibujos de corazones en una libreta y callando a todo el mundo en la casa para oír la pieza... letra por letra. En eso se atravesó abril y no tienen idea de la pompa con que, el día antes, me dijo (más bien, me profetizó:) “Mañana es un día muy especial —20 de abril— porque a partir de mañana usted se va a acordar de mí todos los años de su vida, el mismo día, la misma fecha”. Tal cual. Efectivamente, no ha pasado un solo año sin que recuerde la anécdota, en especial porque un tiempillo después llegó una muchacha toda linda a hacerme un desmadre a la oficina: resulta que el mae era casado y tenía como tres novias, la mujer me convenció de que lo encaráramos (tonterías esas que hace uno chamaco), al chile le hicimos una emboscada ahí en la plazoleta de La Soledad jaja, qué grande ese mae, en serio, cuando pudo recuperar el habla (y el tono de la piel) tras vernos a todas juntas, el mae sacó el fuá y furioso nos fue diciendo una por una, señalando con el dedo: ¿Saben qué? ¡No quiero nada con usté! ¡No quiero nada con usté! ¡No quiero nada con usté!", y dio media vuelta y jaló zapateando y sacando pecho jaja… Nosotras nos fuimos a Chelles a bajarnos el colerón y ahí empezamos a cruzar cuentos... resulta que a todas nos dedicaba las mismas canciones, exactamente con el mismo parlamento, y no es nada, cuando llegamos al 20 de abril nos matamos de la risa porque, al igual que me sentenció a mí, les había dicho a ellas: Pase lo que pase en su vida, siempre se va a acordar de mí... cada 20 de abril. Jamás las volví a ver. No supe si las persiguió la maldición. En cuanto a mí, heme aquí, como efectivamente ha ocurrido y ocurrirá cada año que viva, por los siglos de los siglos amén (si no se han percatado, ya los contagié de la hablada del pitoniso, pues fijo muchos se acordarán, de ahora en adelante, no de él, si no de mí, y de mi famoso cuento del 20 de abril... (que lo digan Raymundo Macís y Nayuribe Vargas, entre otros más, que leyeron el cuento original hace años en el naciente Facebook y estoy segura de que ya estaban alistando el arsenal para la vacilada de mañana 20 de abril... solo que hoy me los madrugué, pero bueno disfruten, igual es una gran canción que, de todas maneras, me remite a mi amor de turno, en este abril porque la canta José José.


Esa son las flores que le mandó Raymundo a Yuri el pasado miércoles 20 de abril.

 
El cuento no acaba. Resulta que Raymundo Macís, desde que supo el cuento, hace más de siete años, cada 20 de abril, le manda unas bonitas flores a Yuri; él disfruta la broma, Yuri llora un rato y luego se mata de la risa. Este 20 de abril, Yuri remojó el cuento y Raymundo le mandó flores, como cada 20 de abril.
 
La canción, del 20 de abril, titulada “Me vas a echar de menos”, que inmortalizó José José, dice así: “Me vas a echar de menos, cuando te sientas sola en brazos de otro amor y sepas que aún existo y que vivo mi vida o, a lo mejor, ya no y me estarás llamando cada veinte de abril y dirán que no hay nadie, que estoy lejos de aquí y te pondrás muy triste pensando en lo que hiciste y no podrás fingir. Me vas a echar de menos, cuando tu suerte cambie y algo te salga mal y no me tengas cerca, para decirte: “calma todo se arreglará…”
 
Eso es todo, los quiere Tía Zelmira, la que todo lo mira.


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