Tía Zelmira: Con el corazón de Costa Rica en México
Maribel Guardia, Mariluz Bermúdez, Karla Gómez, Vica Andrade y Priscilla Barrantes compartieron una mesa de buenos recuerdos y grandes experiencias.
Por Rogelio Benavides/ ([email protected]).
Cumpleañeros
El primer saludo es para el productor musical Luis Sanabria, quien celebra su cumpleaños este viernes 3 de marzo. También celebran su natalicio esta semana Marianela Zeledón (cumple el 4 de marzo), la modelo y cantante Yeiní Mora (5), la presentadora Montserrat del Castillo (6), el periodista Ignacio Santos Pasamontes (6), la modelo Solange Gatgens (8), la modelo Yadriela Zúñiga (8), el empresario y banquero José Ignacio Cordero (8), la mamá de Yuri Jiménez, doña Grace Gómez (8), la presentadora María Laura Rojas (8) y la cirujana plástica Sylvia Rubinstein (9). Felicidades a todos.
Ignacio Santos Pasamontes
El próximo lunes 6 de marzo cumple años el periodista director de Telenoticias, Ignacio Santos Pasamontes. Este señor lleva 33 años dirigiendo noticieros. Hasta el momento, nadie lo ha hecho en forma tan sostenida y exitosa como él. Su ejercicio profesional está íntimamente vinculado a Canal 7, donde es figura respetada. Este ganador del premio “Jorge Vargas Gené” del Colegio de Periodistas y del Premio Nacional de Periodismo “Pío Víquez”, soñó con ser médico y sobrevivió a dos cánceres: es un luchador. Ignacio, como corresponde a un periodista de su nivel, tiene cientos de detractores, enemigos de verdad y amigos de mentira; sin embargo, otro tanto —me incluyo— lo respeta y le reconoce su hidalguía profesional. Es un periodista serio, justo y exitoso. Desde la pantalla de Canal 7 nos inunda con su cátedra diaria de buen periodismo, sin querer figurar más de lo necesario y ofreciéndole a los televidentes la posibilidad de ser analíticos y críticos. Gracias a su trabajo y al del equipo que dirige, las cifras los favorecen. Los números de rating hablan por sí solos, siempre suben. Las cuatro ediciones diarias de Telenoticias han aumentado notoriamente en los últimos siete años. Hace un tiempo, en “Malas Compañías”, en Teletica Radio, dio un dato curioso: con 20.000 horas en pantalla debe ser el costarricense más maquillado y también debe ser el periodista con más querellas, juicios civiles y recursos de amparo por reportajes de denuncia, más de 40 procesos. Todos los ha ganado. Ignacio, feliz padre de María Luisa y Rodolfo y dichoso amor de Nancy Dobles, también se ha metido en los recovecos de la historia costarricense y produce un segmento diario de valioso contenido y realmente entretenido y ameno. Es un gran anfitrión, buen conversador y excelente lector. Es educado, afable, simpático y cariñoso. Es un ciudadano ejemplar. Gracias por todo lo que le ha dado a este país y gracias por demostrar que el Periodismo puede ser tan honesto y profundo como nosotros nos lo propongamos. Nota final: el nombre Ignacio es de una etimología compleja. Proviene del celtibérico ignitus: ardiente; aunque posiblemente le influyó el vocablo griego enekoos o el latino ignis, que significa fuego. Por cualquier lado calienta este varón. En cuanto a lo de ardiente y fogoso habría que preguntarle a Nancy Dobles porque a simple vista más bien se ve muy formalito. ¡Feliz cumpleaños, querido y respetado amigo! Gracias por su amistad cercana y sincera de todos estos años.

Con el corazón de Costa Rica en México
Costa Rica tiene un corazón en México. Es nuestra conexión contemporánea con el gigante del entretenimiento de Latinoamérica. Maribel Guardia, quien siempre ha brillado con su propia luz, es el centro de aquel corazón, del cual nos sentimos tan orgullosos muchos costarricenses.
El pasado jueves 23 de febrero compartí con las ticas más sobresalientes del quehacer artístico de México. Además, tuve la oportunidad de contribuir con la convocatoria de aquella reunión inédita y absolutamente extraordinaria. El encuentro se realizó en Señora Tanaka, un exclusivo restaurante asiático, ubicado en la zona de Polanco, en Ciudad de México. Fue una mesa de 20 comensales, quienes compartieron una conversación de varias horas. Todo se desarrolló en un ambiente muy agradable, cordial y muy cariñoso.
Aunque no me invitaron por mi condición de periodista, no pude abstraerme de ejercer este oficio de contar y escribir. Hecha la explicación, compartiré mis experiencias y toda la información de interés, como corresponde a un reportero.
En la actividad participaron mi querida y admirada Maribel Guardia, sin duda la costarricense más exitosa de la televisión latinoamericana. También estaba Mariluz Bermúdez, quien ha participado en más de una decena de telenovelas mexicanas de primera línea; la presentadora y productora Karla Gómez, quien empezó como presentadora en Telehit junto a los costarricenses Román Guzmán y Vica Andrade; Karla es conductora de Hoy, el informativo matinal de Televisa, hace entrevistas y se encarga de la sección de música; es presentadora de especiales de Televisa y, actualmente, produce dos programas en Telehit; Karla tiene, además, una línea de serum facial, que vende por Amazon. Después les cuento más de Karla, porque es una mujer talentosa y muy exitosa.

Muy cerca de Karla estaba Vica Andrade, a quien recordamos por su carrera de modelo y de presentadora aquí antes de irse a México; allá se casó con el famoso productor Guillermo del Bosque y desarrolló una carrera en televisión y se convirtió en toda una figura mediática. También acudió la exitosa modelo Priscilla Barrantes, siempre bonita, discreta y simpática, quien ahora es fotógrafa profesional, toda una revelación de ese arte. Aparte de Guillermo del Bosque —una de las figuras más importantes de la industria televisiva—, estaban el presentador Román Guzmán; el abogado, mánager y esposo de Maribel Guardia, el costarricense Marco Chacón, y el empresario Bruce Boren, quien fuera director de Televisa Internacional.
La veintena la completaban la guapísima ex Miss Costa Rica, Karina Ramos, quien ya ha tenido varias intervenciones en la televisión mexicana, el embajador de Costa Rica, Pablo Heriberto Abarca Mora; René Picado, Paula Picado, Manuel Acosta y la periodista Gabriela Solano de Televisora de Costa Rica, y los pilotos Héctor Araya y Francisco Araya.
Maribel Guardia, según dijo, disfrutó mucho la conversación con los hermanos René y Paula Picado; ellos le contaron sobre los inicios de la televisión en Costa Rica, la historia de don René Picado Esquivel, fundador de Canal 7, de su muerte temprana y de la decisión de su esposa, doña Olga Cozza, de hacerse cargo de la televisora y convertirla en una empresa exitosa. A Maribel la atraparon aquellas historias y, al final, destacó la decisión de doña Olga de salir adelante con el proyecto empresarial, en un tiempo donde las mujeres no tenían mayor participación en esos asuntos. Por cierto, Maribel le tomó una muy buena foto a los hermanos Picado.

Fue un ambiente muy amigable y distendido, las ocho horas fueron insuficientes para tantos diálogos pendientes. Las figuras mencionadas al principio, se conocen, pero pocas veces tienen la oportunidad de compartir. Por ejemplo, Vica y Maribel se habían visto casualmente en el gimnasio y apenas intercambiaban un hola, adiós y pura vida, pero esa noche cuando Vica se acercó a despedirse de Maribel, se quedaron conversando casi una hora y tocaron muchos asuntos pendientes, debe haber sido una plática muy profunda, porque Vica derramó algunas lágrimas y Maribel la consoló; al final, se fundieron en un abrazo y juraron verse más a menudo. Esa misma noche, Maribel subió en sus redes una foto con Vica: “maravillosa mujer, esposa, madre y mejor amiga. Le veo cada muerte de obispo, pero cuando la veo, es como si la tuviera cerca siempre”, escribió.
Poco antes de las ocho de la noche, cuando Vica y Maribel se confesaban, Marco Chacón abandonó la reunión para ir a impartir su cátedra en la Universidad Anahuac Norte. Maribel se quedó tranquila y siguió compartiendo con todos; cerca de las diez de la noche anunció su retiro. Para entonces, el sitio estaba lleno y en la entrada había una larga fila en lista de espera. Viendo la situación, me ofrecí para acompañarla y le pedí ayuda a Manuel Acosta. Maribel hizo bromas con el par de guaruras. Empezamos a caminar y la gente, respetuosa y asombrada, le abrió campo a la imponente diva de vestido rojo. Todos la reconocieron, algunos la reverenciaron y otros dijeron ¡Maribel Guardia! Personalmente, fue una gran experiencia, la mejor de la jornada; comprobé la buena fama de mi querida compatriota y la admiración y respeto de los mexicanos hacia una figura grande, rutilante, quien brilla con luz propia.
A la actividad también fue convocada la periodista Verónica Bastos, quien, tras una exitosa carrera en la televisión mexicana, ahora se desempeña en Miami, donde tiene dos programas diarios en vivo, razón por la cual no pudo asistir. De haber estado Verónica, la foto hubiera estado completa, con las costarricenses más destacadas de los últimos años en la televisión de México y, en consecuencia, de Latinoamérica. Con el tan de las diez, la fiesta terminó; muchos besos y abrazos y la promesa de hacer una reunión similar, al menos cada año.

Contra todo pronóstico, lo niego todo, incluso la verdad
Por fin llegó la hora, la hora tan temida. Sabina vino, cantó y, a pesar de todo y de él, convenció. A sus 74, entonó o recitó probablemente su último concierto en este país donde sus seguidores, como dice él, lo niegan todo. No se habla del ídolo, todo se lo perdona, se le disimula, y él lo sabe.
Aquel 25 de febrero, en el Estadio Nacional, llegamos todos y más. Fue una noche de amor sin sexo, pero de momentos casi, casi orgásmicos. Vivimos una jornada de perdón, pero no de olvido. Los recuerdos estaban atrapados en las gargantas abiertas a más no poder, a pesar del chiflón.
Mi Loba, mi hija María Fernanda y mi yerno Eloy Vargas, fueron mis cómplices; pensando en el frío anunciado —y recordando la hipotermia con las Pandoras—, me ofrecí para cuidar a mi nieto Benjamín, pero mi hija, contundente como es, me dijo: “si no supiera cuánto admira a Sabina, habría aceptado su oferta, pero no hay opción, porque, además, seguro serán los últimos versos que le escuchemos”.
Todavía con la luz de un bonito atardecer y con los raros vientos de estos días, nos sentamos en la gradería desde donde Sabina, a pesar de ser un gigante, apenas se divisaba con su sombrero de pita y su traje gris. Por suerte había televisión en circuito “encerrado”, como nos tuvo en todo momento: atrapados sin salida, sin tiempo ni para mear.
Sus incondicionales nos dejamos seducir, caímos en la trampa de su garganta herrumbrada y nos convencieron sus mentiras piadosas. Incluso hoy, cuando nos preguntan por el más esperado rito sabinero, repetimos: “Lo niego todo. Aquellos polvos y estos lodos. Lo niego todo. Incluso la verdad”.
Fue un asunto de seducción pura y dura, llena de detalles y elogios para un público fiel como la hiel. Para empezar, “Contra todo pronóstico”, arrancó precisamente en Costa Rica esa noche. ¡Qué riesgo y qué honor!
Entonces empezó el güiri güiri de su cercanía con el público. Sabina rindió homenaje a Walter Ferguson, quien falleció ese día a los 103 años de edad. Antes, recordó a todos sus amigos cosechados en Costa Rica por los siglos de los siglos, pero no los mencionó por temor a dejar a uno por fuera, eso sí, fiel a su juramento nombró a dos ellas: Nerina (Carmona) y Ángela (Sánchez), guerreras de muchas lunas llenas.
El juego de la seducción siguió y, en varias oportunidades, Joaquín mencionó a Costa Rica y saludó con pura vida. En aquel rosario de piropos, la mejor parte fue cuando nos dijo pueblerinos y todos aplaudimos tan acojonante verdad de verdades.

Antes de arrancar con El bulevar de los sueños rotos, dijo palabras más, palabras menos: “Esta canción sé que es un poco complicada en Costa Rica. Yo sé que hubo problemas, pero yo también tengo problemas en mi pueblo" y, acto seguido, cantó su inspiración dedicada a la gran Chavela Vargas. La euforia fue total y, si alguno no tenía buena opinión sobre la costarricense más universal de la historia, no dijo esta boca es mía. Fue este el momento célebre de la jornada.
Y así siguió, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido. Allí estaba Sabina tratando de entonar sin desafinar, apoyado casi siempre por Antonio García de Diego, quien ha estado toda una vida a su lado y por la inigualable Mara Barros. El público, ya metido en la danza, hacía bromas y le perdonaban todo, incluso cuando se echaba un trago de tequila para aclarar la garganta y oscurecer el recuerdo, algunos, más bien felices y eufóricos, le gritaban “jumas”.
“Contra todo pronóstico” empezó aquí para seguir a Colombia, Perú, Chile, Argentina y Uruguay, donde completará la primera etapa. La segunda parte —esperemos— seguirá en Las Palmas de Gran Canaria el 20 de abril para pasar por varias ciudades españolas, de abril a octubre. Una vez finalizados los 16 conciertos en España, cruzará el charco, para cumplir con sus presentaciones en México y Estados Unidos, donde habita el olvido.
Sabina también interpretó y convenció con A la orilla de la chimenea, 19 días y 500 noches, Peces de Ciudad —mi preferida—, Princesa, Una canción para Magdalena (la más puta de todas las señoras…) y muchas más. Cuando huyó del escenario, regresó para regalar Contigo, Noches de Bodas, Y nos dieron las 10 (a nosotros no porque el concierto terminó pasaditas las nueve). Cerró con Pastillas para no soñar y nos fuimos a soñar con aquella noche rara, épica e inolvidable gracias a las malas compañías, como las de Ignacio Santos, quien con su altura, sus cejas y su Chacarita, intentó pasar inadvertido.
Sabina nos quedó debiendo Yo me bajo en Atocha, A la sombra de un león, Calle Melancolía, Pongamos que hablo de Madrid, Así estoy yo sin ti, Que se llama soledad, Quién —putas— me ha robado el mes de abril, Eclipse de mar, Mentiras piadosas, Medias negras, Peor para el Sol, Más de cien mentiras, Esta boca es mía, Donde habita el olvido, Jugar por jugar… y mejor no sigo, porque me puedo cabrear. También faltó La del Pirata cojo y eso me causó algo de enojo. Con él siempre queremos más, porque son tantas y todas buenas. Y sin embargo, me gustó, disfruté tanto como lo esperaba y, al final de cuentas, de eso se trata, de disfrutar aunque sea sin follar ni ser follado. Ojalá regrese, aunque sea en camilla, como lo sacaron del Wizink Center de Madrid.
“No tengo nada que olvidar de mi pasado,
por eso espero que el olvido no se olvide de quien fui.
Siempre he querido envejecer sin dignidad,
aunque al fusil ya no le quede ni un cartucho.
Si el corazón no rima con la realidad,
cambio de rumbo, sintiéndolo mucho”.
A sus 74, Sabina sobrevive a sí mismo. Hasta la vista, nos veremos aquí o allá, sintiéndolo mucho.

Te tengo un vieras
El periodista, escritor e historiador Armando Vargas Araya, sometió a conocimiento de la Cancillería, el pasado 12 de diciembre anterior, su decisión de concluir sus servicios como Jefe de Misión en la Embajada de Canberra, a partir del próximo 31 de mayo. “La satisfacción del deber cumplido resulta exigua ante la cada vez más pesada lejanía de la familia, luego de cuatro años en el destino diplomático más distante. Ha sido un honor extraordinario representar a Costa Rica en el continente de Oceanía, donde nuestra democracia ahora es mucho más conocida”. Las relaciones con Australia son sólidas, la colaboración diplomática y política está en ascenso, la balanza comercial es favorable a Costa Rica en $110 millones (2021) con halagüeñas perspectivas comerciales y de inversión. Para Vargas Araya, fue un privilegio ser acreditado primer Embajador en Nueva Zelanda, nación de grandes afinidades con avidez por concretar la buena voluntad de colaboración, y una balanza comercial favorable en $3.3 millones (junio 2022).
Eso es todo, los quiere Tía Zelmira, la que todo lo mira.