Costa Rica llama a la democratización de las vacunas contra el COVID-19
Durante la sesión especial de alto nivel del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas.
Costa Rica hizo un llamado a la comunidad internacional para que haya una democratización de las vacunas contra el COVID-19, y así hacerle frente a la pandemia que azota al mundo.
De esa forma lo expresó el canciller, Rodolfo Solano, durante la sesión especial de alto nivel del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, a nivel de Ministros de Relaciones Exteriores.
Solano recordó a los países presentes, sobre iniciativas promovidas por Costa Rica. En este sentido se refirió a que, en mayo del 2020, junto con la Organización Mundial de la Salud, se propuso una plataforma de intercambio de información y tecnología de salud para la prevención y tratamiento de pandemias, la misma llamada C-TAP.
“Compartir información, conocimientos, datos y otros recursos es la forma más poderosa de enfrentar situaciones globales y evitar la duplicación innecesaria de esfuerzos derivados de la ausencia de dicho intercambio” indicó el canciller.
También hizo un llamado urgente a aplicar otras alternativas como por ejemplo el ACT Accelerator y la iniciativa COVAX Facility, las cuales pueden permitir acelerar la producción y el acceso a las vacunas.
Solano afirmó que son precisamente las poblaciones con mayor pobreza las que están teniendo dificultad para acceder programas de vacunación y que un alto porcentaje de estas estarían aun sin vacunar, finalizando el 2021.
La ampliación de las capacidades para la producción, distribución equitativa y asequibilidad y suministro de la vacuna para todos implica una fuerte movilización de recursos financieros, que excede infinitamente las posibilidades de Estados cuyos desequilibrios fiscales previos a la pandemia se han visto agravados por la recesión inducida por el COVID-19 y sus nuevos gastos en salud, señaló Solano.
Mencionó también la iniciativa del Fondo de apoyo extraordinario para aliviar la economía COVID-19, FACE, por sus siglas en ingles. Este cataliza el 0,7% del Producto Interno Bruto del Mundo, para dar financiamiento extraordinario a los países con capacidad fiscal y política limitada para atender la problemática.