“Se ha orinado en la cama y lo he visto llorar solitario y alejado” dijo en su declaración este viernes la esposa del ofendido en el caso del exsacerdote Mauricio Víquez, quien figura como sospechoso de al menos cinco delitos de abuso sexual contra una persona menor de edad.

La mujer que testificó en los Tribunales de San José, donde se lleva a cabo el juicio, dijo que su esposo había empezado a sufrir estos comportamientos desde que salieron a la luz pública los hechos por los que presuntamente se investiga a Víquez.

“Estaban dando el reportaje sobre las violaciones de Mauricio Víquez, mi esposo, que estaba viendo las noticias, se puso pálido y se puso a llorar. Me extrañó, no pregunté, hasta que él salió de la casa, estuvo mucho tiempo fuera, esperé que él entrará y me preguntó si había visto el reportaje, le dije que sí, y me dijo que él había sido una de las víctimas” agregó la mujer en sus declaraciones.

Antes, declaró otra testigo de la Fiscalía, quien en apariencia asistía a la iglesia de Desamparados donde se habrían dado los hechos, pero fue retirada a solicitud del abogado de Víquez, quien argumentó que sus declaraciones no estaban relacionadas con los hechos investigados.

En declaraciones a la prensa, Rafael Rodríguez, el abogado del exsacerdote Víquez, dijo que las afirmaciones proporcionadas este jueves por el ofendido tenían contradicciones de tiempo y lugar. 

“El ofendido fue objeto de un contrainterrogatorio para tratar de establecer nuestra teoría, y ciertamente con las contradicciones que se dieron en sus manifestaciones hemos acreditado lo que hemos venido indicado en el proceso; no me puede referir a las repuestas, pero lo vamos a presentar en la etapa de conclusiones”  dijo Rodríguez. 

“Estamos claros que estos hechos no son ciertos por circunstancias de tiempo y lugar donde se realizaron” agregó el defensor de Víquez.

El debate se retomará a la 1:30 p.m de este viernes, y está previsto que se presente a declarar la psicóloga forense que atendió a la persona ofendida.

Los hechos por los que se le acusa a Víquez habrían sucedido entre julio y setiembre de 2003, cuando Víquez era sacerdote en la Parroquia de Patarrá, en Desamparados.

Según la Fiscalía, el supuesto delito se dio cuando el ofendido tenía 11 años e ingresó a trabajar en la iglesia en diferentes funciones.

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