Por Álvaro Sánchez |21 de diciembre de 2021, 20:31 PM

El OIJ ya tiene sospechosos de la masacre ocurrida en una finca en Buenos Aires de Puntarenas.

En las últimas semanas, agentes judiciales, han realizado incursiones en la zona.

Todo ocurrió un domingo cuando un mecánico y su familia visitaron el lugar para realizar unos trabajos de reparación de máquinas agrícolas y conocer la finca del estadounidense que también fue asesinado.

La familia se trasladó hasta el sitio, en horas de la mañana, pero tras perder el contacto y no regresar a casa, sus allegados decidieron ir a buscarlos en la noche y, cuando llegaron a la zona, encontraron la escena.

Las víctimas, oriundas de Pérez Zeledón, fueron identificadas como de apellidos Quesada Cascante de 44 años (padre), Villarevia Rivera de 41 (esposa) y Quesada Villarevia de 20 (hijo), además de una mujer de apellidos Zúñiga Rodríguez de 40 años y un hombre identificado como Borbón Muñoz de 38 años.

El estadounidense dueño de la propiedad era de apellido Sandusky, de 61 años.

La semana anterior se hicieron trabajos de identificación con diferentes retenes policiales, planimetría (medición de superficies terrestres) en el sitio del suceso con peritos de ingeniería forense, también se hizo un rastreo con perros y el caso continúa en investigación todavía, dijo la policía judicial.

Este despliegue policial se desarrolló el pasado 8 de diciembre en Llano Bonito con el objetivo principal de obtener pruebas o elementos importantes para resolver el caso.

Para descartar posibles vínculos de las seis víctimas con el crimen organizado, se realizaron victimologías, lo que permitió conocer de manera más detallada y profunda las circunstancias personales de cada uno; sus costumbres, su vida, amistades y condiciones particulares.

La tesis de las autoridades es que la masacre tiene que ver con un asalto y, quienes cometieron el delito, decidieron no dejar testigos.