Por Christian Montero |25 de abril de 2022, 20:24 PM

La madre de uno de los jóvenes asesinados por error en San Rafael de Alajuela sintió una corazonada al escuchar la balacera que a la postre cobró la vida de su hijo.

No les puedo explicar la reacción, sentir el temor, la desesperación que se siente en un momento como este, mi único pensamiento, a pesar de mi corazón ya lo sentía, fue suplicar a Dios que no fuera mi hijo”, así recuerda doña Vivian Barboza el tiroteo que horrorizó a los vecinos de la urbanización La Paz en San Rafael de Alajuela, la noche del viernes 23 de abril.

Cerca de las 11 de la noche, dos sujetos que se hicieron pasaron por repartidores de comida, llegaron hasta la casa para asesinar a Carlos Andrés Chinchilla Barboza y Jerson Quirós Cantillo.

Los jóvenes estaban sentados en el corredor de la vivienda, lo que les impidió correr para ponerse a salvo, un tercer joven que los acompañaba pudo refugiarse gracias a que estaba de pie.

Sin embargo, por los indicios del caso y la historia de la vida de las víctimas, la hipótesis más fuerte que maneja el OIJ es que los pistoleros se equivocaron de víctimas.

“Simplemente, andaba buscando a otro muchacho y lo confundieron con mi hijo, porque da la casualidad de que tenían el mismo color de piel y la contextura, eso es todo lo que he escuchado, pero con la policía no he hablado porque no he tenido el valor, mi hermano es el que habló con ellos, porque yo no tenía cabeza en ese momento”, relató la madre del otro joven asesinado.

Carlos y Jerson fueron amigos desde niños, ya que vivían uno al lado del otro, ambos fueron al mismo colegio y soñaban con ser profesionales.

“Tengo demasiado claro que estos tipos se equivocaron, ellos no venían en contra de mi hijo ni de sus amigos, fue algo sumamente rápido, ese día que yo estaba esperando a mi hijo que llegara de trabajar, minutos antes tenía rato de escuchar una moto dando vueltas aquí en la urbanización, yo estaba muy alerta porque lo estaba esperando del trabajo”, agregó Barboza.

Carlos se graduó del Colegio Técnico Profesional de San Rafael y tenía una especialidad en contabilidad, mientras que Jerson estudiaba administración de empresas en una universidad privada.

Las familias de ambos jóvenes ahora solo quieren que se haga justicia cuanto antes.

“Mi hijo ni siquiera llevaba dinero, para decir que iba a comprar licor o drogas, mucha gente se ha dejado decir, porque la verdad solo hablan por hablar, pero deberían primero pensar con el corazón antes de soltar el veneno.

“Ahora pedimos justicia, que vengan y hagan una limpia aquí en San Rafael, porque se ha vuelto tierra de nadie, acá de esquina a esquina se ve gente vendiendo droga y la policía pasa como si nada, se hacen los ciegos, ya es hora de que la comandancia de San Rafael se ponga la mano en el corazón y piensen en las familias, no solo mi dolor, hay dolores más antiguos”, agregó la otra madre, bajo identidad protegida.

Las fuerzas vivas del distrito de San Rafael de Alajuela harán una reunión con los vecinos de la comunidad el sábado en el gimnasio del liceo local para buscar soluciones a la problemática de inseguridad que, según afirman, los aquejan desde hace meses.

Mientras que el OIJ solicita a quien tenga información sobre los delincuentes que asesinaron a los dos jóvenes, que llame a la línea confidencial 800-8000-645.