Por Luis Jiménez |17 de diciembre de 2021, 6:00 AM

Este viernes 17 de diciembre se cumplen dos meses de la masacre en una finca en Brunka de Buenos Aires, Puntarenas, que dejó como resultado seis personas fallecidas, entre ellos un extranjero.

Todo ocurrió un domingo cuando un mecánico y su familia visitaron el lugar para realizar unos trabajos de reparación de máquinas agrícolas y conocer la finca del estadounidense que también fue asesinado.

La familia se trasladó hasta el lugar, en horas de la mañana, pero tras perder el contacto y no regresar a casa, sus allegados decidieron ir a buscarlos en la noche y, cuando llegaron a la zona, encontraron la escena.

Eladio Quesada, es el padre del mecánico y fue el primero que descubrió la mortal escena el pasado mes de octubre; él cree que su hijo llegó al lugar en un mal momento.

“Cuando llegamos, como a las 9:30 p. m., me alegré porque vi el carro de mi hijo y pensé que estaban en la casa porque el carro se varó. De repente, veo a mi hijo muerto a la par de un chapulín y, a su alrededor, todos los demás. Creo que mi hijo llegó en un mal momento porque él era una persona linda”, dijo Quesada.

Las víctimas, oriundas de Pérez Zeledón, fueron identificadas como de apellidos Quesada Cascante de 44 años (padre), Villarevia Rivera de 41 (esposa) y Quesada Villarevia de 20 (hijo), además de una mujer de apellidos Zúñiga Rodríguez de 40 años y un hombre identificado como Borbón Muñoz de 38 años.

El estadounidense dueño de la propiedad era de apellido Sandusky, de 61 años.

Finca donde ocurrió el asesinato.

Teletica.com preguntó al Organismo de Investigación Judicial (OIJ) qué se sabe a la fecha sobre una de las masacres con más víctimas en el país y dijeron que el caso "continúa bajo análisis".

“La semana anterior se hicieron trabajos de identificación con diferentes retenes policiales, planimetría (medición de superficies terrestres) en el sitio del suceso con peritos de ingeniería forense, también se hizo un rastreo con perros y el caso continúa en investigación todavía”, dijo la Policía Judicial.

Este despliegue policial se desarrolló el pasado 8 de diciembre en Llano Bonito con el objetivo principal de obtener pruebas o elementos importantes para resolver el caso.

Una semana después de la masacre (26 de octubre), el director del OIJ, Walter Espinoza, aseguró que el caso no tenía ligamen con el narcotráfico ni con el crimen organizado.

“Los hechos ocurrieron en un lugar solitario donde no hay vecinos y las posibilidades de testigos directos del hecho son prácticamente nulas. También hemos logrado detectar ni la más leve cercanía con hechos como el narcotráfico, delincuencia organizada o actividades delictivas”, dijo Espinoza.

Para descartar posibles vínculos de las seis víctimas con el crimen organizado, se realizaron victimologías, lo que permitió conocer de manera más detallada y profunda las circunstancias personales de cada uno; sus costumbres, su vida, amistades y condiciones particulares.

La tesis de las autoridades es que la masacre tiene que ver con un asalto y, quienes cometieron el delito, decidieron no dejar testigos.

Peritos del OIJ e investigadores, horas después de los hechos.

OIJ no descarta que adueñarse de la propiedad en venta de una de las víctimas haya sido uno de los detonantes, de hecho, es una línea de investigación. La entidad también ha recibido información confidencial sobre los hechos y trabaja con el Ministerio Público para descifrar lo ocurrido.

Día de los hechos

El domingo 17 de octubre, un mecánico, su esposa, un hijo y dos amigos fueron hasta la finca de un estadounidense en Brunka de Buenos Aires, Puntarenas, a reparar unas máquinas agrícolas.

Él y el amigo se encargarían de las reparaciones mientras las demás personas iban a conocer el lugar, luego de ser invitados por el dueño de la propiedad.

Pasado el mediodía, los familiares de los fallecidos perdieron contacto con ellos y no los localizaron. En horas de la noche, como no habían llegado a sus casas, decidieron trasladarse al sector a buscarlos y, a eso de la medianoche, llegaron a la propiedad y los ubicaron sin vida.

En la propiedad se ubicaron tres vehículos tipo 4x4 y un tractor. Un pick-up estaba totalmente quemado y en el cajón había una persona calcinada, a la par de este carro se encontró otro cuerpo en la misma condición y, en la parte del frente, dos mujeres asesinadas, al parecer por un disparo en la cabeza.

En un callejón que se ubica a unos 100 metros de distancia hallaron a otro fallecido, quien habría muerto a balazos.

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