Por Álvaro Sánchez |20 de septiembre de 2022, 19:07 PM

David Bonilla Martínez, el conductor del autobús arrastrado por un terraplén en Cambronero, Alajuela, avisó a su familia del accidente por medio de un mensaje de audio de WhatsApp.

Él es uno de los sobrevivientes de la tragedia en la que perdieron la vida nueve personas.

Bonilla, conversó con Telenoticias la tarde de este martes. Luego de permanecer varios días en el hospital, regresó a su casa con tres costillas rotas, el hombro fracturado y gran parte de su espalda en carne viva.

Tiene casi 30 años de experiencia conduciendo autobuses y vehículos pesados, sin embargo, el sábado anterior era el segundo día que trabajaba tras retomar sus labores.

“Voy bajando normal en el bus, hago un cambio compresionando, sigo con freno de motor, pero está lloviendo demasiado, paso el sector de los Chorros y unos 100 metros después escucho un estruendo como algo que no puedo describir, fue como cuando detonan dinamita y de seguido siento que algo me golpea por el costado izquierdo del bus, me gira y quedo viendo hacia el paredón.

“Acto seguido, nos vamos para el guindo y quedo viendo al cielo; el bus pegaba tumbos, me sacó del asiento y literalmente parecía una bola de ping pong porque pegábamos por todo lado”.

El conductor relató que tras salir del bus y ayudar a algunas personas, su cuerpo no dio más debido a lo complicado de la pendiente y se quedó en una piedra. Ahí estuvo por casi tres horas hasta que los socorristas lo sacaron.

No recuerda haber visto en carretera al conductor de la motocicleta que falleció, pero cuando estuvo sentado en esa piedra observó su cuerpo.

El conductor explicó que muchos de los sobrevivientes salieron por escotillas que tiene el autobús. Los que quedaron atrapados en la parte trasera debido a la posición en la que quedó el vehículo de transporte público, salieron por una puerta de emergencia, pero cayeron a una quebrada con una corriente de agua muy fuerte.

“Cuando el bus paró quede abajo en los últimos asientos, y en ese momento, empiezo a escuchar el ruido de las personas gritando, tratando de zafarse porque todos estábamos en una sola pelota. Yo tranquilizaba a la gente y empecé a subir por la canasta donde ponen las maletas dentro del bus.

“Dios me dio las fuerzas para salir, escalé porque el bus estaba en posición vertical. Una señora tenía un brazo quebrado, me pidió que le ayudara, le dije que sí que vamos para adelante, así que salí y nos empezamos a agarrar de bejucos y raíces bastante firmes porque nos soportó a los dos. A como quedó el bus, era para que nadie estuviera vivo”.

El sábado, Bonilla salió de Jicaral, Puntarenas, a las 3 a.m., rumbo a San José y estuvo detenido algunos minutos en el sitio donde ocurrieron los hechos horas después.

Al regreso, cuando hacía la ruta San José - Nosara en Nicoya, Guanacaste, fue cuando la tragedia los sorprendió.

En la tragedia fallecieron nueve personas, 19 más resultaron heridos y seis continúan hospitalizados.

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