Por Susana Peña Nassar |21 de julio de 2022, 15:09 PM

Las alcancías decomisadas dentro de una casa, durante los allanamientos del llamado caso "Imperio", contenían ₡3 millones en monedas de ₡500.

Durante el operativo realizado en el sector de María Reina, en Sagrada Familia, agentes judiciales encontraron tres "chanchos" de barro, que se quebraron inmediatamente para realizar el conteo del dinero: 6.000 monedas de la máxima denominación. En apariencia, estos recursos son producto de la venta de droga al menudeo.

En total, en los 35 allanamientos realizados, la Policía Judicial decomisó ₡53 millones a la supuesta banda, investigada por tráfico de drogas y legitimación de capitales. Por este caso, hay 23 personas detenidas, entre estas el supuesto líder, alias "Pioja", quien ahora está a la espera de medidas cautelares.

El OIJ halló, además, nueve paquetes de aparente cocaína, una cajeta de marihuana, cuatro paquetes de la misma droga, 65 envoltorios de aparente cocaína, 47 envoltorios de aparente crack, cadenas y anillos de oro.

Caso "Imperio"

Según la investigación del OIJ, la zona de Sagrada Familia, San José, se había convertido en "un imperio" dedicado a la distribución, almacenamiento, procesamiento y venta de estupefacientes.

El negocio que desarrollaban en el sitio estaba generando, de acuerdo con la Policía Judicial, cerca de ¢10 millones al día. En los búnkeres, al parecer, se vendía cocaína, crack, marihuana, droga conocida como 'tusi' (cocaína rosada sintética), otra de nombre 'tuki', pastillas y ketamina.

Wálter Espinoza, director del OIJ, señaló que este caso aborda una estructura criminal que tiene mucha planificación interna, una jerarquía muy fuerte y, gerencialmente, está definida mediante la creación de estructuras o capas que le permiten al líder controlar todo este sector.

“La organización lava o legitima el dinero mediante negocios como supermercados, licoreras y abastecedores. Cuando ingresa el dinero es remitido al sistema bancario nacional para ser canjeado por moneda nacional o extranjera y, de esta manera, pretendían borrar la huella del crimen y protegerse de la investigación que la Policía estuviera realizando”, explicó el jerarca.