Por Álvaro Sánchez |13 de noviembre de 2021, 13:35 PM

Las intervenciones telefónicas del caso Azteca apuntan de dónde provendría parte de la droga que la supuesta célula narco investigada por este caso movía en el país.  

La orden de allanamiento refleja una llamada del 4 de mayo del 2021 entre Héctor Camelo Méndez, sospechoso de liderar el grupo y una persona no identificada.
 
Sujeto: “El hombre llegó a San Carlos, esos maes solamente en persona hablan pero le cambiaron el asunto ahora. Le están dando un sesenta cuarenta pero tiene que servir de bodega." 

Héctor, "¿cómo guardar?"

Sujeto: "Para guardar pero no plata, lo otro, zapatos (cargamentos de droga). Es que sesenta y cuarenta, pero la guardada vale poco, ¿verdad? Sujeto: Yo me imagino que si."

Héctor: "Y hay que analizar por cuánto tiempo y todo."

Sujeto: "Él me está diciendo que son unos colombianos que tiran a Panamá y de Panamá los dólares los tiran acá a Costa Rica. Igual es con los zapatos (cargamentos de droga), eso viene de las FARC."

Héctor. "Si, yo sé cómo es eso. Eso se puede hacer pero hay que mirar, hay que alquilar una finca, poner a alguien de confianza, donde haga una piscina y todo pero alguien de súper confianza”.
 
En el análisis que hicieron los agentes de la Sección de Estupefacientes del OIJ de ésta y otras llamadas se deduce  la necesidad de tener bodegas para recibir supuestos cargamentos de droga por parte de las Fuerza Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Reunión

 Además, el informe habla de una reunión en un restaurante en Esparza de Puntarenas donde, generalmente, Héctor Camelo Méndez realiza este tipo de negociaciones.
 
Dicha reunión se realizó al día siguiente, el 5 de mayo. Fotografías contenidas en la orden de allanamiento muestran a Camelo Méndez junto a una mujer, en el lugar donde pactaron la reunión para conversar sobre el tema de la bodega para la supuesta droga que llegaría desde Panamá. A esa reunión llegó un sujeto identificado en el expediente como Juan Ignacio, con el que Camelo había conversado anteriormente por teléfono.
 
Una comunicación, un día después de la reunión, deja en evidencia la presencia de un mexicano (al parecer de otra organización) en la zona de Guanacaste.
 
“Juan Ignacio: "Yo vengo aquí de San Carlos."

Héctor: "¿Cómo le fue?"

Juan Ignacio: "Me cambiaron casi todo. Me dijo que ya lo habían llamado, aquel mexicano de Guanacaste, que le dio cita para mañana en Guanacaste para ver el caso mío por referencia de la gente allá donde él fue, que sería solo, sería igual que el trato inicial (almacenaje en porcentaje de sesenta-cuarenta)" 

Héctor: "De primera, si es así, hágale hermano”.
 
Según el informe, las conversaciones posteriores entre el sujeto identificado como “Juan Ignacio” y Héctor Camelo Méndez revelan la forma en que el grupo negoció el precio del kilo de cocaína para embodegarlo.
 
“Camelo pregunta el precio por unidad, Juan Ignacio indica que el precio negociado por medio de un tercero es de siete mil quinientos, valor coincidente con el precio de mercado del kilo de cocaína que está entre 7 y 8 mil dólares. Héctor manifiesta que el precio está muy alto, ya que está negociando otra en siete tres”.

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