Una trabajadora social del Patronato Nacional de la Infancia (PANI) dio su declaración en el juicio que se sigue contra una pareja acusada de asesinar a una menor de 4 años en Tuetal de Alajuela.

Ella realizó entrevistas a vecinos y familiares de la niña fallecida y determinó que allegados de la víctima sí notaban acciones de negligencia, abandono y maltrato por parte de la madre y el padrastro de la pequeña, tanto para ella como para sus hermanos.

Además, notaban los conflictos que existían entre la pareja, sin embargo, no denunciaron pues creían que las agresiones que recibían los pequeños no eran "tan fuertes".

“La impresión diagnóstica que a mi me genera el grupo familiar es que conocían de la situación de agresión, incluso cuando se le pregunta a la allegada que por qué si ellos sabían que había esas agresiones nunca habían denunciado, a pesar de que había expediente desde el 2020, la señora indica que no tenían conocimiento de que el muchacho les pegara duro. (…) Eso además no los hace protectores para asumir a los niños, menos en una coyuntura de este tipo”, indicó Natasha Sandino.

La representante del PANI de Alajuela también dijo que en el análisis que realizaron se comprobó que la relación del padrastro (hoy imputado) con la niña era totalmente atípica y poco sana. Era más allegado a la víctima que a sus hermanos, pues incluso tiene un tatuaje con su nombre.

La mujer entrevistada por el PANI también dijo que el día antes de la muerte de la menor de 4 años, ella los visitó a altas horas de la tarde y encontró que la pequeña y sus hermanos todavía no habían probado bocado de comida.

“Ella consideraba que eran negligentes en algunos temas, sobre todo en la alimentación: los chicos no habían almorzado a esa hora (tarde). Dijo que la madre se acostaba a las 8 de la noche y se despertaba a las 9 de la mañana; más de 12 horas acostada con niños pequeños en la casa”, añadió.

Los hechos ocurrieron en enero del 2020. El juicio fue suspendido, pero se retomará el próximo viernes.

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