Por Susana Peña Nassar |Por Gabriel Pacheco |10 de febrero de 2025, 16:55 PM

La tarde del jueves 6 de febrero, un helicóptero de fumigación se estrelló en La Rita de Ticabán de Limón, específicamente en la finca El Indio. El hecho no es aislado, según las estadísticas de la Dirección General de Aviación Civil (DGAC). 

Esta es la primera aeronave fumigadora que se accidenta en el 2025; pero 14 incidentes similares con aeronaves fumigadoras (helicópteros, avionetas o ultraligeros) constan en los registros de nuestro país, entre el 2019 y 2024. 

De acuerdo con las cifras de la DGAC, en 2019 ocurrieron tres incidentes y para 2020 la cifra bajó a un accidente; sin embargo, los números se elevaron considerablemente en 2021 y 2022, cuando ocurrieron cuatro eventos de este tipo cada año. Para el 2023 y 2024, la cifra, nuevamente, se redujo a uno cada año. 

Para Luis Miranda, subdirector de Aviación Civil, pese a que la aviación es una actividad muy segura, la naturaleza de este tipo de vuelos es la responsable de que se contabilicen 14 accidentes en seis años.

"Aunque los pilotos de fumigadoras son pilotos sumamente experimentados y capacitados para las características del vuelo, hay un tema que se considera diferente a las normas que debe respetar un vuelo comercial: las separaciones que debe tener respecto al suelo y a otras aeronaves", dijo Miranda. 

La actividad de fumigación implica necesariamente que la distancia con el suelo se reduzca, aunque deben respetarse márgenes seguros, dice el funcionario; pero es claro que siempre existe un riesgo de que haya alguna injerencia del clima o una falla mecánica que se combine con la baja altura y ocurra un siniestro. 

La separación que debe tener la aeronave es de 1.500 pies sobre el terreno y 2.000 pies o un poco más cuando esté en zonas pobladas, explica Miranda. En el caso de las fincas que utilizan aeronaves fumigadoras, su entorno no tiene edificaciones ni casas cerca, por lo que los vuelos son muy bajos. 

"Podemos considerar que el vuelo se da casi al ras del terreno, pero sí hay una separación mínima para que el vuelo se mantenga en condiciones seguras", finalizó el subdirector de la DGAC. 

La teoría más fuerte que manejan hasta ahora las autoridades sobre lo que ocurrió días atrás en Limón, está directamente relacionada con la altura en que volaba la aeronave, porque todo apunta a que un dron de riego la impactó y la hizo caer. 

Según una recopilación hecha por el Banco Interamericano de Desarrollo sobre la regulación en el uso de drones en diversas legislaciones del mundo, este tipo de artefactos no vuelan por encima de los 400 pies. Esta regla también es válida para Costa Rica. 

Incluso, en nuestro país está prohibido volar drones cerca de otras aeronaves para evitar cualquier intromisión de una con otra y que ocurra una emergencia; sobre este tema, hay una excepción para actividades agrícolas. 

Las autoridades aéreas aún trabajan en el informe final sobre las causas del accidente.

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