Reseña libre de spoilers de 'Rápidos y Furiosos X'
Tras 30 años, 'Rápidos y Furiosos' pondrá fin a la saga, y su película número 10 es el inicio de esta conclusión. Llega a los cines prometiendo superar el estándar de las anteriores entregas.
Por Angie Loría | @loria.comic
Tras tres décadas de producciones, 'Rápidos y Furiosos' pondrá fin a su saga, y su película número 10 es el inicio de esta conclusión. Llena de energía, acción y, por supuesto, autos, llegó a los cines prometiendo superar el estándar de las anteriores entregas.
Lo que empezó siendo una historia de carreras callejeras, poco a poco ha escalado a misiones de rescate e incluso de combate contra el mal. En consecuencia, su estilo también ha variado complementando la acción con la ficción y hasta un poco de fantasía.
Sin embargo, esta décima entrega es una amalgama de las primeras filmaciones y de los retos que convierten a los personajes en heroicos justicieros. Así es como la pantalla se llena de easter eggs y sorpresas que no dejan de aparecer. Hasta la escena post-créditos es un gran fan service.
El personaje que interpreta el actor Jason Momoa nos recuerda un poco al Joker, y esto porque su ironía, excentricidad y sentido del humor siniestro cautivan al público. Sin duda el diseño de su vestuario y casting fue un gran acierto.
Un gran objetivo del cine es entretener y 'Rápidos y Furiosos X' logra este cometido. Por dos horas con veinte minutos nos desconecta de la lógica y de la realidad y nos transporta a un mundo donde todo es posible.