19 de junio de 2014, 5:11 AM

Empezamos con algunos comentarios cortos sobre tres películas que se exhiben actualmente en el país.

En "Luna de miel en familia", Adam Sandler vuelve a compartir la pantalla con Drew Barrymore y los resultados dan lástima.

Aquí, un hombre viudo y una mujer divorciada tienen una desastrosa cita a ciegas; luego se vuelven a encontrar en un centro turístico africano, con sus respectivos hijos.

Obviamente terminarán formando una sola, gran familia; pero antes de llegar a ese final trillado, tendrán la oportunidad de torturar al público con giros predecibles, chistes de segunda y paréntesis sensibleros. El nivel de las actuaciones es ínfimo: un 3 de mi parte para "Luna de miel en familia". 

En la intriga de terror "Oculus" (El espejo), dos hermanos pretenden demostrar que un horrendo crimen, que destruyó a su familia años atrás, había sido provocado por fenómenos sobrenaturales. La trama tiene una premisa intrigante, pero arranca mal y se torna engorrosa, enredándose con sus propios mecates narrativos al momento de alternar dos líneas argumentales paralelas.

La historia cobra vida en su último tercio, cuando ya la mayoría de espectadores le habrá perdido la paciencia a una cinta concebida principalmente para inaugurar una nueva franquicia. Calificación 5, para "El espejo".

Pasamos del terror a la ciencia ficción con "Trascender", debut directoral del fotógrafo Wally Pfister.

Johnny Depp es un científico experto en inteligencia artificial, quien es víctima de un atentado; antes de morir, traslada su conciencia al disco duro de una súper computadora, para luego invadir a la Internet con consecuencias catastróficas.

La narración sufre problemas de ritmo y caídas de tono, pero el tema es interesantísimo: abarca cuestiones sociales y filosóficas y por suerte no privilegia la acción por encima de las ideas. Esta es ciencia ficción inteligente y estimulante. Un 7 de calificación, para "Trascender".

Una de las producciones francesas más importantes de los últimos años, se exhibe exclusivamente en la Sala Garbo. Es "La vida de Adele".

"La vida de Adele" es la primera película del realizador de origen tunecino Abdellatif Kechiche que se exhibe en el país. Es una de las producciones francesas más aclamadas y controversiales de los últimos años.

Aclamada, porque ganó la codiciada Palma de Oro en el Festival de Cannes; y controversial, porque describe un romance homosexual con un estilo realista y bastante explícito en las escenas eróticas.

Obviamente, ésta no es pornografía sino una obra de arte con mucho que decir sobre la naturaleza compleja de las relaciones humanas. Es una historia de pasaje a la edad adulta; y al mismo tiempo, una apasionada y tocante historia de amor.

Se desarrolla entre Adele, una colegiala a punto de despertar a la vida; y Emma, una joven artista con el cabello azul, un poco mayor que ella.

El director se toma todo el tiempo necesario para describir los detalles significativos de su relación (la película dura tres horas, aunque no parece tan larga); y logra sumergir al espectador en el mundo de las protagonistas, mediante un uso magistral de la cámara, un ritmo pausado pero cautivante, diálogos agudos que parecen fruto de la improvisación; y situaciones cotidianas que revelan siempre algo sobre la intimidad de los caracteres.

Las interpretaciones son sensacionales: aquí tenemos a un par de actrices maravillosas que se meten en la piel de sus personajes con valor y convicción. Un 9 mi calificación para "La vida de Adele", cine inteligente y valioso, eso sí: para adultos con amplio criterio.